La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la más poderosa alianza militar del mundo, se ampliará dentro de tres años con el ingreso de al menos tres países antiguamente comunistas, según las previsiones.
La admisión en la OTAN de Polonia, Hungría, la República Checa y, probablemente, Eslovaquia se aguarda para 1999, según el embajador de Estados Unidos ante la alianza, Robert Hunter.
Aunque aún no se fijó una fecha formal, se prevé que el ingreso de esos países habrá sido allanado a tiempo para la celebración de los cincuenta años de la organización, el 4 de abril de ese año.
Pero Moscú, hoy capital de una cada vez más nacionalista Rusia, es aún una fuerza militar importante y ha dejado clara en reiteradas oportunidades su oposición a la expansión de la OTAN.
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Yevgeny Primakov, dijo que la ampliación de la alianza tiene la intención de "echar a Rusia de los procesos europeos", "crear nuevos amortiguadores" y convertir a su país en "un elemento extraño" al continente.
Primakov manifestó este mes a parlamentarios y miembros de la Sociedad de Política Exterior de Suiza que este proceso implica "el acercamiento de la estructura militar de la OTAN a las fronteras de Rusia", con todas las amenazas que eso supone.
Los diplomáticos occidentales toman nota de las preocupaciones de Rusia mientras preparan la cumbre de ministros de Defensa que se celebrará desde este miércoles en Bergen, Noruega, a la que fue invitado el de Rusia, Igor Rodionov.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Warren Christopher, enunció este mes el concepto de "nueva sociedad atlántica" basada en una relación entre la OTAN y Rusia y dirigida a fortalecer la cooperación con estados que no integran la alianza.
"Quieren que se los escuche en cuestiones como el desarrollo de arsenales nucleares, el despliegue de esas armas, el futuro despliegue de fuerzas de la OTAN en países que no lo integran", entre otros asuntos, dijo el secretario de Defensa de Estados Unidos, William Perry, en Helsinki este sábado.
Estos deseos son "absolutamente razonables", según Perry, quien, sin embargo, anunció que Rusia no tendrá voto en ningún foro de ese tipo.
Por otra parte, tanto el funcionario estadounidense como otros jerarcas de la OTAN advirtieron en privado a representantes de Rusia que no será admitida ninguna intervención suya en el proceso de admisión de ningún país.
Occidente considera que Hungría, Polonia y la República Checa son países libres, democráticos y con voluntad de asumir las responsabilidades de la integración a la alianza.
De ese modo, están dispuestas a poner sus fuerzas militares bajo un comando integrado (hecho que provocó el retiro de Francia del comando de la OTAN hace 30 años) y a llenar ciertos requisitos mínimos en materia de defensa.
Hunter informó al Instituto Real de Servicios Unidos de Londres que el plazo de tres años impuesto a esos países les permitirá reunir esos requisitos y obtener las ratificaciones parlamentarias previas a la integración.
El diplomático estadounidense agregó que no había distintas categorías de integrantes de la OTAN, lo que implica que los nuevos miembros seguirían los mismos criterios que los actuales 16 miembros en materia de defensa y que serían cubiertos por la seguridad colectiva de la alianza.
Un ataque contra cualquiera de esos estados sería considerado un ataque contra la OTAN en su conjunto.
Quizá no haya miembros de "segunda clase", pero sí existe una "sala de espera" donde aguardan los estados que aún no están prontos para ingresar a la OTAN, pues en los países antiguamente comunistas todavía pesa la sombra de Rusia.
Todos los estados ex soviéticos que en marzo de 1992 se integraron a la Comunidad de Estados Independientes (CEI) se unieron al cuerpo asociado de la OTAN, el Consejo de Cooperación del Atlántico Norte, y todos, excepto Tajikistán, se afiliaron al programa Sociedad para la Paz (PfP).
Funcionarios de la OTAN han planteado la posibilidad de crear un "súper PfP" que abarcaría a países dejados de lado en la primera expansión de la alianza, no alineados o neutrales.
"Un 'súper PfP' generaría garantías suficientes de que la seguridad de una OTAN ampliada y sus socios quedaría estrechamente vinculada", dijo el secretario general de la organización, Javier Solana.
Las preocupaciones de que la expansión de la OTAN recreará "zonas de influencia" debería aventarse mediante la ampliación de programas a países que no procuran la integración a la alianza, como Finlandia y Suecia, agregó Solana.
Estos dos estados y los tres bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) alertaron que una expansión selectiva dejará a los antiguos satélites soviéticos en un "vacío de seguridad" que Rusia podría ocupar.
El primer ministro de Finlandia, Paavo Lipponen, dijo este mes en una reunión de socialdemócratas de Europa en Helsinki que la expansión de la OTAN mejoraría la seguridad del continente pero "también podría ser un retroceso si conduce a nuevas esferas de influencia y nuevas divisiones".
Lipponen recordó que Finlandia combatió contra la Unión Soviética en dos guerras de este siglo y vivió durante décadas bajo su sombra, y que siempre se ve obligada a preguntarse "si las nuevas acciones aumentan o reducen la inestabilidad".
Pero Perry replicó que la prevista expansión no pretende recrear una nueva línea divisoria en Europa, sino generar un nuevo "círculo de seguridad" que incluiría a Rusia.
La OTAN considera la posibilidad de que Moscú establezca misiones permanentes en sus dos principales comandos, el de Norfolk, Virginia (Estados Unidos), y el de Mons (Bélgica).
Todavía está por verse si eso satisfará o contrariará los temores de Rusia ante la ampliación de la OTAN o la aspiración de Moscú de una fórmula de relación especial conocida como "16 más uno".
Desde la perspectiva rusa, la expansión de la OTAN exacerba los problemas del despliegue de armas nucleares y de la situación de los países bálticos.
La alianza planea trasladar su arsenal nuclear desde sus actuales emplazamientos en Gran Bretaña y Alemania aun más al este.
Primakov recordó en Suiza que Moscú estaba molesta por "volaciones a los derechos rusoparlantes en varios países extranjeros, especialmente en los bálticos". (FIN/IPS/tra- en/jmr/rj/mj/ip/96