//REPETICION// GRUPO DE RIO: En pos de la utopía de derrotar a la pobreza

Los presidentes de 11 naciones y representantes de otras tres de América Latina y el Caribe iniciaron hoy en Cochabamba la X Cumbre del Grupo de Río con un llamado del presidente anfitrión a perseguir la utopía del continente para derrotar a su mayor enemigo: la pobreza.

"En el siglo XIX todos nosotros luchamos contra el colonialismo y lo vencimos. En el Siglo XX luchamos por consolidar la democracia y lo logramos", dijo el presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, al inaugurar la cita regional.

"En el siglo XXI podremos, si realmente queremos hacerlo, derrotar a nuestro más grande enemigo, que es la pobreza, y alcanzar el bienestar que se merecen nuestros pueblos", enfatizó.

Sánchez de Lozada inició la cumbre con un discurso optimista sobre el futuro de la región y basado en los logros del "mecanismo de consulta y concertación política" de América Latina", que este año cumple una década de vigencia como el principal interlocutor y foro político de la región.

Con la elocuencia de una "charla en familia donde priman sobre todo la sinceridad y el afecto", el presidente anfitrión resumió su visión de la utopía latinoamericana en ocho puntos.

Entre ellos resaltó el de la pobreza por ser el de más urgencia, que "castiga de una manera despiadada a las sociedades".

Cuando se preguntó "cómo debería ser la región en el nuevo tiempo que se avecina" él mismo respondió que, además de superar la pobreza, América Latina debiera ser un territorio sin barreras físicas ni mentales, con libertad, derechos humanos y justicia social, y donde se privilegie la educación y la salud.

Debería ser -siguió- un territorio donde convivan etnias y culturas diferentes, donde exista una póliza de seguro para garantizar la democracia, donde se combine armónicamente el crecimiento y el respeto del hombre a la naturaleza y debería ser un territorio libre del flagelo del narcotráfico.

En referencia a la lucha contra la pobreza, Sánchez de Lozada admitió que no hay un solo camino, pero puso en consideración de sus colegas tres puntos concretos en esa dirección.

En lo político, la alternativa es devolver el poder al pueblo, a través de gobiernos locales y comunitarios, para que la gente tenga recursos y el poder de decisión sobre los asuntos que afectan su vida.

En lo social -continuó- entregar al pueblo la gestión de la educación y la salud, que es la única forma real de hacer efectiva la redistribución de la riqueza, y en lo económico, poner al alcance de los más pobres el microcrédito y la tecnología.

El presidente boliviano también evaluó los logros de la primera década del Grupo de Río.

"Es verdad que falta mucho por hacer y siempre faltará, ese es el destino de los seres humanos. Pero lo que se ha logrado en este Grupo no es poco y ha sido de gran trascendencia para la región", dijo y enumeró la firmeza de la democracia, el avance de los procesos de integración y el comercio intrarregional.

Destacó como otros frutos de este mecanismo la convicción de que la lucha a las drogas es tarea de países productores y también de los de tránsito y de los de consumo y que el desarrollo económico debe ser compatible con la naturaleza y el medio ambiente.

"La economía es estable y su ritmo de crecimiento es el segundo en el planeta después de Asia", señaló.

"Sin embargo la historia no se detiene aquí y hay que seguir caminando. Estamos en las postrimerías del siglo XX y en los albores del siglo XXI. Hay nuevos desafíos y nuevas realidades. Lo único inmutable es la utopía", insistió el presidente.

El presidente Juan Carlos Wasmosy, de Paraguay, país que ejercerá la próxima secretaría pro témpore del Grupo y sede en 1997 de la XI cumbre, coincidió en apuntar a la pobreza como el problema más urgente, que pone en peligro a las democracias de la región.

Wasmosy agradeció la presencia y reacción del Grupo de Río durante los acontecimientos de abril pasado, cuando se produjo un intento de golpe militar de Estado en su país.

"En lo que respecta a Paraguay debo reconocer una vez más la eficacia contundente que han tenido estos testimonios de solidaridad, tan sólo unos meses atrás, en la superación de difíciles momentos para nuestra institucionalidad democrática", dijo.

Advirtió, sin embargo, que si bien el futuro inmediato promete una afirmación creciente de las jóvenes democracias latinoamericanas, "seguirán asediando a nuestras conciencias los problemas graves de la pobreza, el desempleo y la inseguridad".

Los presidentes presentes son, además de Sánchez de Lozada y Wasmosy, Carlos Menem de Argentina, Fernando Henrique Cardoso de Brasil, Eduardo Frei de Chile, Ernesto Samper de Colombia, Abdalá Bucaram de Ecuador, Ernesto Zedillo de México, Ernesto Pérez de Panamá, Alberto Fujimori de Perú y Rafael Caldera de Venezuela.

Uruguay está representado por el vicepresidente Hugo Batalla, Costa Rica por el canciller Fernando Naranjo y Trinidad y Tobago por su primer ministro Basdeo Panday.

Estos dos últimos países representan a América Central y el Caribe, respectivamente, bajo un mecanismo de rotación anual. (FIN/IPS/jcr/dg/ip/96

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