Un grupo integrado por personalidades de diversas tendencias políticas de Nicaragua, denominado "Etica y Transparencia", libra una batalla por romper el monopolio que hasta ahora tienen ciudadanos extranjeros de la observación del proceso electoral.
La disputa ha sido planteado por sus impulsores como un problema de soberanía nacional.
Sin embargo, el intento no ha resultado fácil, ya que durante dos meses el Consejo Supremo Electoral, organismo encargado de la organización de los comicios generales del 20 de octubre, ha mantenido el tema virtualmente "congelado".
"El tema no ha sido discutido todavía por los magistrados", dijo a IPS Ciril Omier, secretario general del Poder Electoral.
"No sé cuándo habrá una definición, hay tantas cosas pendientes en la agenda que estamos tratando de resolver las más importantes", añadió Omier.
El retraso en la entrega de sus documentos habilitantes a la mitad de los votantes, así como problemas técnicos con la boleta electoral, son los asuntos que han acaparado la atención del Poder Electoral.
De acuerdo a la Ley Electoral vigente, sólo está legalizada la participación de observadores internacionales en los procesos electorales nacionales. Para "Etica y Transparencia" eso resulta absurdo.
"Es necesario promover la observación nacional, porque ésta combate la creencia que los ojos y el dinero extranjero constituyen nuestra única salvación política y económica", aseguró Roberto Courtney, director adjunto del grupo cívico.
"Cambiar esa mentalidad es urgente para abandonar la dependencia y tomar las riendas de nuestro futuro", añadió.
Etica y Transparencia está constituido por 17 organizaciones cívicas, religiosas y de derechos humanos, que se han unido para promover la participación ciudadana en la labor de fiscalización del proceso electoral.
Según sus promotores, tiene como meta ubicar un observador en cada una de las 7.869 mesas de recepción de votos que funcionarán el día de los comicios.
A juicio de Courtney, esto le daría una mayor credibilidad a las elecciones, ya que "los gobiernos gozan de legitimidad y respaldo cuando los ciudadanos participan activamente en ellos y no sólo se limitan a votar".
A la espera de la autorización, el grupo cívico lleva a cabo un intenso cabildeo entre legisladores, candidatos presidenciales, observadores internacionales y representantes de la sociedad civil. Sus resultados son positivos.
Históricamente nos hemos habituado "a virar nuestros ojos hacia afuera, a que sean extranjeros los que nos digan si las elecciones fueron limpias o fraudulentas", comentó Miriam Argüello, única mujer candidata presidencial en los comicios generales.
"No estoy en contra de los observadores internacionales, creo que su presencia es saludable, pero la responsabilidad en cuanto a la pureza de nuestras elecciones debe estar en los propios nicaragüenses", añadió la dirigente conservadora.
Otros candidatos presidenciales, como Moisés Hassan, del Movimiento Acción Renovadora (MAR), comparten ese punto de vista.
"Si existen grupos de observadores internacionales que vienen a supervisar nuestras elecciones, la presencia de observadores nacionales que hagan la misma tarea me parece que es algo también adecuado", dijo Hassan.
El miércoles 11, según dijo Courtney a IPS, el Poder Electoral se reunió con los representantes de los 24 partidos y alianzas políticas que participan en esta contienda, y hubo consenso alrededor del tema de los observadores nacionales.
Los magistrados del Poder Electoral se reunieron este jueves con los directivos de "Etica y Transparencia", y les prometieron resolver su solicitud la próxima semana.
"Nosotros les explicamos nuestros objetivos, nuestro trabajo y nuestro perfil, y ellos (los magistrados) se mostraron muy accesibles a nuestros planteamientos", afirmó Courtney.
"Fue una reunión muy positiva, creemos que el Consejo Supremo Electoral entiende perfectamente la necesidad de la observación nacional", añadió.
Una encuesta nacional del Centro de Investigaciones de la Comunicación realizada en agosto mostró que la gente cree que habrá observadores nacionales, y que los considera una garantía de la pureza de los comicios.
El 63,8 por ciento de los 1.600 consultados consideró que las elecciones del 20 de octubre serán limpias.
Al indagar las razones, 23,7 por ciento atrbuyó su confianza a la presencia de observadores internacionales, 15,2 por ciento a la imparcialidad del Poder Electoral y 12,6 por ciento a la participación de observadores nacionales.
Según Courtney, en otros países del orbe se ha aceptado con éxito la intervención de observadores locales. Entre éstos, citó a Panamá, México, Haití, Perú y recientemente, República Dominicana. (FIN/IPS/rf/jc/ip/96