La estrategia del gobierno contra el Ejército Popular Revolucionario (EPR) fue el punto más comentado por políticos, organizaciones sociales y analistas del informe del presidente Ernesto Zedillo al Congreso, un rito anual de escaso interés para la población de México.
Mientras en tono enérgico Zedillo dijo que aplicará toda la fuerza del Estado contra "el terrorismo", grupos sociales y líderes opositores pidieron a las autoridades y al EPR pactar una tregua para "dar oportunidad a la paz" y atribuyeron la violencia reinante a las actuales políticas económicas.
Sin mencionar en forma directa al EPR, que los últimos días realizó un serie de ataques con un saldo de más de una docena de muertos, lo que desató una intensa persecución del Ejército y la Policía, el presidente declaró que frente a la violencia no puede haber posturas ambiguas.
"En el país el poder político se disputa con las reglas de la democracia no con la irracionalidad del terrorismo", expresó Zedillo este domingo ante más de 1.200 invitados, entre diputados, gobernadores y políticos, y en cadena de radio y televisión.
Con sólo 23 por ciento de la población atenta al informe, según una encuesta difundida este lunes, y una calificación de 5,9 sobre 10 por su actuación como gobernante -seis décimas más que en junio-, Zedillo señaló que mantendrá el diálogo con la guerrilla zapatista de Chiapas y mano dura con otros grupos armados.
Para el Consejo Empresarial lo más importante del informe, que se presenta cada año en septiembre, fue la decisión mostrada por Zedillo contra el EPR, en tanto para el oficialista Partido Revolucionario Institucional fue una exposición clara sobre la recuperación económica.
Como es habitual, la oposición criticó al mandatario. Se engañó al país, dijeron portavoces de los partidos de la Revolución Democrática y Acción Nacional tras pedir que se realicen cambios económicos que abatan la pobreza como la mejor estrategia contra el EPR.
El analista de Radio Red Néstor de Buen sostuvo que lo "singularmente atractivo" del informe presidencial de este domingo, cuando Zedillo cumplió 21 meses en el cargo, fue su reflexión sobre las guerrillas.
En el caso del sureño estado de Chiapas el mandatario dijo que seguirá la negociación con los zapatistas, "grupo mayoritariamente indígena", y que atenderá los problemas sociales que los llevaron a "inconformarse".
Pero en el el caso del EPR, que apareció en público en junio en el estado de Guerrero, nunca habló de diálogo. "Enfrentaremos al terrorismo con decisión", expresó.
Paral aa columnista Gloria Avella la postura de Zedillo ante el nuevo grupo armado es de confrontación.
En una concentración pública que se realizó en forma paralela a la presentación del informe, bautizada por sus organizadores como el "contrainforme", agrupaciones sociales de deudores, simpatizantes de la guerrilla zapatista y de otros grupos sociales opositores pidieron establecer una tregua con el EPR.
Es necesario dar una oportunidad a la paz y evitar la militarización del país, dijeron en una acto realizado en un monumento público, donde tras varios discursos ante unas 1.500 personas se quemó un muñeco con la figura del presidente y 27 personas se extrajeron y luego regaron sangre en el piso.
El despliegue militar y las detenciones que generaron los ataques del EPR en varios estados desataron una persecución contra líderes sociales opositores, denunciaron durante del "contrainforme".
Tras los últimos ataques del EPR, grupo que usa un lenguaje similar al de las guerrillas de los años 60 y 70, el Ejército ocupó extensas zonas de los estados del centro y sur del país, se descubrió un supuesto campamento de los insurrectos y se detuvo a cerca de 20 personas.
Durante la lectura del informe presidencial y rompiendo con todas las formalidades, diputados del Partido de la Revolución Democrática levantaron carteles desde sus asientos con leyendas que aludían a violaciones a los derechos humanos y reclamaban cambios en las políticas del gobierno.
Uno de los diputados se ubicó bajo la mesa directiva del Congreso, desde donde Zedillo presentaba el texto, y con máscaras diferentes, incluida la de un porcino, levantó sus carteles.
El hecho, que terminó entre protestas de varios de los asistentes, marcó la nota discordante en una ceremonia de tanta importancia para el país, dijo el ex candidato presidencial del Partido Acción Nacional Diego Fernández de Cevallos, quien estuvo a punto de enfrentar físicamente al diputado de las máscaras. (FIN/IPS/dc/dg/ip/96)