El gobierno de Italia firmó un acuerdo por el empleo con trabajadores y empresarios, para lo que destinará 10.000 millones de dólares en los próximos tres años.
El acuerdo, firmado en la noche del martes y calificado de histórico por el jefe del gobierno, Romano Prodi, es el primero suscrito en Europa.
Las confederaciones sindicales italianas expresaron este miércoles su satisfacción por el llamado "pacto en favor del trabajo", porque representa "un cambio profundo en la lucha contra el desempleo, sobre todo en el sur".
El desempleo, que aumentó en Italia del 10,4 por ciento de 1993 a 11,3 de 1994, 12 en 1995 y para este año se prevé llegará a un 12,3 por ciento, es particularmente fuerte en el sur, donde se estima que en 1996 llegará a 22,2 por ciento.
Las tres centrales sindicales, que representan a 11 millones de trabajadores, más del 50 por ciento de la fuerza activa constituida por 20 millones de personas, sostuvieron que intentos similares habían fracasado en Alemania, Bélgica y Francia.
El acuerdo lo llevó a cabo el primer gobierno de centroizquierda en la historia de Italia, que asumió el 18 de mayo pasado, al vencer en las elecciones parlamentarias del 21 de abril una coalición formada por ex comunistas, ambientalistas, ex democristianos y grupos de centro.
La patronal Confindustria fue más cauta en sus apreciaciones, al señalar que el acuerdo, cuya discusión se inició hace casi tres meses, el 23 de julio, es sólo "un primer paso importante, pero no definitivo" en la lucha contra el desempleo.
El gobierno subrayó que el acuerdo define "una compleja política en favor del trabajo, capaz de hacer frente a la emergencia ocupacional en el sur y pone las bases para una calificación de la oferta del trabajo, una mayor competencia de las empresas y una modernización del mercado laboral".
El paquete de medidas fija las líneas de acción para la reforma del sistema de formación, la reactivación de la investigación y de las obras públicas de infraestructura, estas últimas prácticamente paralizadas desde hace casi tres años.
La operación judicial denominada "Manos Limpias", iniciada en 1992 en la norteña ciudad de Milán, dejó al descubierto la existencia de un sistema generalizado de pago de comisiones ilegales a partidos políticos y funcionarios públicos por parte de empresas para adjudicarse obras públicas.
Al descubrirse este sistema, que barrió del mapa político a la anterior clase dirigente, en particular a la Democracia Cristiana y al Partido Socialista, que habían gobernado en Italia durante 50 años, provocó una casi paralización de las obras públicas.
Prodi sostuvo que se "trata de un gran acuerdo general, que forma parte de la tradición de la Europa social", aunque se abstuvo de precisar la cantidad de puestos de trabajo que se crearán.
"No trae buena suerte indicar cifras, lo importante es llevar a cabo iniciativas y destinar recursos, después de lo cual esperamos que el aumento del empleo sea rápido y sobre todo consistente", afirmó.
"Se ha firmado, finalmente, un acuerdo con una cantidad ingente de recursos y con políticas realmente nuevas", en el que se establece un conjunto de incentivos, reglas e instrumentos que permitirán una mayor ocupación, añadió.
El horario de trabajo fue uno de los puntos de mayor discusión porque la Confindustria era contraria a la reducción de las actuales 48 horas semanales a 40, pero el gobierno anunció que acatará una directiva europea que aprueba esta reducción.
El gobierno otorgará además incentivos a las reducciones de horario y los contratos a tiempo parcial en favor del primer trabajo de los jóvenes, y comenzarán de inmediato grandes obras de infraestructura, simplificando los procedimientos y favoreciendo el ingreso de capitales privados.
Se reducirán los gravámenes fiscales para la creación de nuevas empresas en las áreas del sur donde la desocupación es mayor.
Uno de los acuerdos más importantes se refiere a los llamados contratos de área, que serán aplicados en 14 zonas del país de baja tasa de desarrollo y alto desempleo, como Nápoles, Reggio Calabria, Sassari y Siracusa, donde sindicatos y empresarios podrán ponerse de acuerdo sobre salarios y horarios flexibles.
El desempleo es considerado el primer problema de Italia, donde una encuesta publicada este miércoles reveló que 71 por ciento de los jóvenes están dispuestos a abandonar su país, con tal de encontrar trabajo.
Según la encuesta, encargada por Confindustria, 35 por ciento dijo que lo haría incluso "sin garantías", como lo hicieron muchos de sus padres cuando emigraron tras la segunda guerra mundial. (FIN/IPS/jp/ag/if-lb/96