Niñas y niños son violados por torturadores o sometidos a abuso sexual en situaciones de conflicto armado, y la comunidad internacional no ha reaccionado con la determinación que exigen esos graves casos, advirtió una organización no gubernamental (ONG).
El grupo denunciante, Terre des Hommes, destacó que el primer Congreso Mundial contra la Explotación Sexual Comercial de Niños, finalizado el sábado en Estocolmo, pasó por alto la angustiosa situación de los niños y las niñas en tiempos de guerra.
"Los ejércitos usan a civiles, e incluso niños, como armas" de guerra, expresó en Estocolmo Bernard Boeton, de Terre des Hommes-Suiza.
Tanto fuerzas gubernamentales como rebeldes han sido responsables de abuso sexual de niños y niñas y, lo más grave, también lo han hecho soldados de los contingentes de paz de la Organización de Naciones Unidas (ONU), aseguró Terre des Hommes.
La presencia de fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU favoreció la explotación sexual de niños en seis de los 12 países en conflicto de Africa, Europa, América Latina y Asia sobre los que Terre des Hommes concentró su investigación.
"El abuso cometido contra niños por fuerzas de la ONU es especialmente trágico, dado que (los cascos azules) son un símbolo de esperanza para las comunidades" víctimas de luchas armadas, declaró Hans Guyt, de Terre des Hommes-Holanda.
Guyt señaló que su grupo se propone acabar con "el silencio" impuesto sobre esos hechos, y abrir un debate en la ONU.
Mientras, una investigación de la ONU demostró que las tropas del gobierno de Filipinas empeñadas en lucha contra movimientos insurgentes recurren a la violación y el abuso sexual como medio de tortura. Los autores del informe entrevistaron a 400 niños y niñas sobrevivientes de tortura u obligados a presenciar tormentos a familiares.
Las tropas recurrieron a la tortura para obtener información, confesión o testimonio contra terceros, y también para tomarse venganza, aterrorizar comunidades o destruir la personalidad individual de la víctima, de acuerdo con las conclusiones de la investigación.
"El recurso a la tortura se ha vuelto un procedimiento operativo habitual de fuerzas militares y paramilitares, que la emplean impunemente", destacaron los autores del informe, que realizaron su tarea bajo la dirección de Elizabeth Protacio- Marcelino, de la Universidad de Filipinas.
La violación y la mutilación genital son los métodos más comunes de tortura sexual, y la mayoría de las víctimas, en el caso de Filipinas, fueron niñas.
Terre des Hommes identificó un vínculo entre la violación y el abuso sexual de niños y niñas, por un lado, y la explotación sexual comercial.
Según la ONG, la pérdida de autoestima y el sentimiento de culpabilidad que padece, a los que se agregan en ocasiones su separación de la familia y aún de la comunidad, han impulsado a la prostitución a víctimas de violación.
Tanto niñas como niños han sido violados o humillados sexualmente o forzados a ser testigos de violencia sexual contra familiares o amigos, advirtió el estudio.
Guyt afirmó que la situación de los niños en casos de guerra no ha sido aún suficientemente investigada. Al respecto, señaló una serie de circunstancias que, según el informe preliminar de Terre des Hommes, dan lugar a abuso sexual.
Por ejemplo, guardias fronterizos exigen sexo a refugiados a cambio de permitir su paso, y la misma denuncia se ha formulado respecto de actitudes de funcionarios encargados de la aprobación de solicitudes de refugio.
Así mismo, la violencia sexual puede ser también practicada contra niños por su origen étnico, como en Ruanda, Guatemala o Bangladesh. (FIN/IPS/tra-en/ao/rj/ff/pr/96