Un hosco humor de resignación prevalece en el estado septentrional de Kashmir, donde la primera de cuatro rondas electorales comienza el sábado para instalar un gobierno que ponga fin a seis años de poder central.
Muchos habitantes de Kashmir temen que el nuevo ejecutivo, en el único estado indio con mayoría musulmana, sea incapaz de terminar con la violencia separatista que causó 15.000 muertos en los últimos siete años y tampoco resuelva los complejos problemas territoriales.
La guerrilla insurgente pretende la independencia de Kashmir y su unión a Pakistan, nación con mayoría musulmana surgida despues de la partición del país efectuada por el poder colonial británico.
"Estas elecciones no conducirán a nada hasta que India garantice mayor autonomía a Kashmir y ponga fin al conflicto con Pakistan", declaró Mohammad Shafir, un comerciante de Srinagar.
Hasta que ocurra esa eventualidad, en opinión de Shafir, todos los comicios en Kashmir serán meras "selecciones" del gobierno de Nueva Delhi.
Pakistan ocupó un tercio de Kashmir despues de la independencia en 1947 y reclama el resto, mientras India nunca realizó el prometido referendum patrocinado por la ONU sobre el futuro del estado.
Entretanto, la campaña por 27 de los 87 escaños de la asamblea (parlamento) que deberán ser cubiertos por la votación del 7 de septiembre se realiza en sordina. la consulta por las bancas restantes se verificará en tres diferentes días del mes y deberá concluir el 30 de septiembre.
Muy pocos candidatos de los principales partidos intervinientes, el regional Conferencia Nacional, del Congreso, y el centrista Janata Dal, actualmente en el poder, realizan demostraciones proselitistas por temor a los militantes que ya perpetraron varios ataques con bombas y granadas para amedrentar a los votantes.
Por el contrario, improvisan mitines callejeros en las esquinas, toman contacto con electores puerta a puerta y circulan por sus distritos en vehículos con cristales antibalas, arengando a sus seguidores por medio de altoparlantes.
Ghulam Nabi Mircha, el candidato del Partido del Congreso de la próspera ciudad de Sopore, que cultiva manzanas y está a 37 kilómetros de Srinagar, dijo que el temor a los ataques de los militantes lo obligaron improvisar reuniones callejeras con 10 minutos de antelación.
"El miedo a las armas todavía persiste", admitió.
Por su parte, los electores están en apuros. Temen las represalias de los militantes si votan, y están convencidos que cualquiera sea el partido que triunfe asumirá un gobierno impotente y corrupto, incapaz de protegerlos.
Entretanto, las fuerzas de seguridad recibieron orden del gobierno federal de no interferir en las elecciones rodeando a la gente e impulsándola a votar.
Fuentes oficiales dijeron que las instrucciones fueron consecuencia de numerosas denuncias de coerción militar a votantes, durante las elecciones parlamentarias de mayo en Kashmir.
Funcionarios federales en Nueva Delhi señalaron que las fuerzas de seguridad fueron instruídas para "sanear" Kashmir y crear un ambiente donde los pobladores locales puedan votar sin temor. Apuntaron que la presencia de las tropas debería ser la "adrenalina" para estimular la afluencia a las urnas.
Los militares, no obstante, calificaron las denuncias de coerción en Srinagar de "propaganda militante", y afirmaron que simplemente trataban de proteger a votantes de represalias.
A su vez, la independentista Conferencia Hurriyat para Toda India, una coalición de 30 grupos políticos, sociales y religiosos de Kashmir, instó a los votantes a boicotear las elecciones "fraudulentas" como si fuera "otro ejercicio militar".
Por el contrario, la coalición pretende un referendum patrocinado por la ONU para determinar el futuro de Kashmir.
India ha tratado de realizar elecciones en Kashmir en dos oportunidades desde 1994, pero todos los partidos locales se negaron a participar por temor a represalias de los militantes.
Las últimas elecciones parlamentarias en Kashmir fueron ganadas en 1987 por la Conferencia Nacional, una agrupación política local aliada con el partido federal del Congreso, en medio de denuncias de fraude que llevaron al estallido del conflicto separatista.
Sin embargo, la coalicion federal de gobierno del Frente Unido, que asumió el poder en las elecciones federales de junio, se ha mostrado decidida a realizar elecciones en Kashmir.
En cumplimiento de las promesas electorales de su partido, el primer ministro Dewe Gowda se convirtió en el primer jefe de gobierno indio que visitó Kashmir desde que comenzó la insurrección en 1989, tras lo cual aprobó varios programas económicos para este estado perturbado por el largo conflicto interno.
Los trabajos de restauración están en plena marcha dentro del edificio de la asamblea (parlamento) de Srinagar, que una vez fue el palacio del último rey hindú en Kashmir, para que se convierta en sede del nuevo gobierno a partir de octubre.
El histórico edificio estuvo cerrado desde que el ultimo gobierno local fue despedido en febrero de 1990. (FIN/IPS/tra- en/rb/an/ego/ip).
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