Con una economía en transición marcada por políticas neoliberales de corto plazo y una deuda externa que frena su desarrollo, Honduras busca insertarse en la globalización para impedir su suicidio comercial.
El proceso de globalización económica llegó al país "casi sin darnos cuenta y el reto ahora es cómo insertarnos y enfrentarlo", dijo el presidente del Banco Central, Hugo Noé Pino.
"A estas alturas no podemos darnos el lujo de preguntar si estamos preparados o no para la globalización, porque esta ya llegó y tenemos que buscar esfuerzos adicionales para ser competitivos", añadió.
Honduras firmó una serie de compromisos internacionales en materia de libre comercio, baja de aranceles y otros conceptos relacionados con una economía libre, en momentos que internamente aplicaba medidas correctivas de carácter cambiario y fiscal.
"Llegamos pues al proceso de globalización con una economía en transición, una deuda externa agobiante y muchos problemas internos que hasta ahora impiden un despegue absoluto al desarrollo", manifestó el presidente del instituto emisor.
A ello se suma el hecho que el país vive una efervescencia electoral permanente, que impide el diseño de políticas económicas de largo plazo, y de allí que cada cuatro años se ensaye un nuevo modelo que busque la modernización.
Honduras inició hace seis años un proceso de ajuste que incluyó devaluación de la moneda, aumento de los impuestos y las tarifas de los servicios públicos, y liberalizó rubros sensibles como el combustible y, en menor medida, el transporte.
Ahora, el gobierno del presidente Carlos Roberto Reina se prepara para llevar a cabo la segunda fase de ese ajuste relacionado con la privatización de las principales empresas estatales y una reducción en la burocracia, como parte de un plan de modernización del Estado.
Estas acciones le permitirán seguir gozando de credibilidad ante los organismos multilaterales de crédito y buscar nuevas áreas de interés.
En este sentido, el presidente del Banco Central mencionó al turismo, al tiempo que advirtió sobre la necesidad de reformas en materia educativa y laboral.
Jorge Castellanos, del Departamento de Estudios SocioEconómicos del Banco Central, dijo que si bien a nivel estatal y privado se hacen esfuerzos para competir, "los mismos no son suficientes".
Señaló como una de las debilidades de Honduras, el tener una mano de obra poco calificada y "en esta competencia, no será el potencial de recursos naturales que tenga el país lo que lo sacará adelante, sino el tener recursos humanos calificados".
Junto a este desafío, se encuentra el peso de una deuda externa de 4,286 millones de dólares, que absorbe 35 por ciento del presupuesto nacional y más de la mitad de las exportaciones, y constituye, con la inflación, el principal obstáculo para que la economía crezca más de cuatro por ciento al año.
Pero, "nos guste o nó, la globalización esta ahí y tenemos que enfrentarla a como dé lugar diversificando las exportaciones e incentivando la producción, inversión y seguridad jurídica", dijo Pino.
"De lo contrario, quedaremos fuera de la competencia y los hondureños debemos entender que globalización implica ser parte de un sistema donde las barreras arancelarias no existen y el libre comercio es no sólo a nivel mundial, sino regional", añadió.
Las exportaciones hondureñas apenas ascienden al año a un promedio de 1.200 millones de dólares, frente importaciones por 1.400 millones de dólares.
Bajo estos esquemas, los técnicos del Banco Central vaticinaron nuevas políticas de liberalización, donde los "modelos puros" sólo existen en lo que consideran una "buena discusión académica". (FIN/IPS/tm/ag/if/96