El acuerdo sobre el fortalecimiento del poder civil y papel del ejército en una sociedad democrática que se firmará este jueves en México entre el gobierno y la guerrilla izquierdista de Guatemala es considerado como un paso fundamental hacia una paz firme y duradera en este país.
Este es el último de los llamados "temas sustantivos"en el marco del diálogo de paz que desde 1991 reúne en México a representantes de la gubernamental Comisión de la Paz (COPAZ) y de la guerrillera Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG).
El ministro de Defensa, general Julio Balconi, confirmó que el pacto que será firmado el jueves contempla la reducción en 33 por ciento del total de 45.000 efectivos militares.
Agregó que viajará al Distrito Federal para estar presente en la suscripción del acuerdo, ya que "nuestra presencia es como un aval, para demostrar que la institución armada respalda el acuerdo".
Mientras, fuentes cercanas al proceso de negociación, confirmaron el porcentaje de la reducción y dijeron que con ésto se abre la puerta para colocar a un civil en el Ministerio de la Defensa Nacional.
Trascendió también que la reducción dispuesta se hará en forma gradual que llevará entre seis y doce meses.
Por su parte, el general Otto Pérez Molina, uno de los militares que integra la COPAZ, aseguró que la reducción se llevará a cabo en todos los niveles, abarcando a soldados, especialistas y oficiales.
También se contempla la redefinición de los servicios de inteligencia militar con la creación de una entidad de Inteligencia Civil y una Policía Técnica de Investigación a cargo del Ministerio Público, informó el diario "Siglo Veintiuno" que tuvo acceso a los documentos.
Se crearía también un Consejo de Seguridad Nacional al más alto nivel, donde no se contempla la participación militar sino sólo de la nueva policía.
También se incluiría la desaparición de la Policía Militar Ambulante, la eliminación de tribunales militares y la separación del ejército en la seguridad interior, según el matutino.
En lo referente al poder civil se destaca la necesidad de fortalecerlo en todas sus manifestaciones, lo que significaría el fortalecimiento, mejoramiento, reforma y reestructuración de los Organismos Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Las partes coincidieron en la necesidad de que el poder militar se subordine al civil, por lo que los miembros del ejército no deberán presionar, interferir o decidir en cuestiones propias de los tres poderes del Estado.
También se dan una serie de lineamientos para el fortalecimiento del poder local, en la que se incluye la selección de los alcaldes auxiliares, de los gobernadores departamentales, de los comités de desarrollo urbano y rural, así como otras instancias civiles en las comunidades.
El presidente Alvaro Arzú manifestó el miercoles que el ejército le ha dado su "total y absoluto apoyo" y previó que la firma final del Acuerdo de Paz podría producirse en un plazo de 4 a 6 semanas.
El pasado 6 de agosto, las partes en conflicto asumieron el compromiso de concluir el proceso durante 1996, para terminar una guerra de casi 36 años que dejó más de 150.000 muertos, un millón de desplazados internos y alrededor de 45.000 refugiados registrados, principalmente en México.
El diálogo, que se encontraba estancado al concluir su mandato en 1995 el ex presidente y ex procurador de derechos humanos, Ramiro de León, tomó un inesperado impulso al asumir la presidencia Alvaro Arzú en enero de este año.
Arzú dijo que con la conclusión de los temas sustantivos, la parte mas engorrosa, se ha llegado a la etapa cuasifinal del proceso, restando solo la parte operativa con el cese al fuego definitivo, el desarme y la incorporación de los grupos insurgentes a la vida política del país.
El presidente reconoció "la actitud seria, positiva y patriótica de los comandantes de la URNG", pues gracias a su actuación y a la de los miembros de COPAZ, es que se ha logrado agilizar el diálogo.
Destacó así los acuerdos de Derechos Humanos, Reasentamiento de las Poblaciones Desarraigadas por el enfrentamiento armado, Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, así como el socioeconómico y agrario.
Los grupos guerrilleros que integran la URNG acordaron en una asamblea realizada a mediados de agosto que tras la firma de la paz crearán un partido político único.
La unión está formada por la Organización del Pueblo en Armas, dirigida por Rodrigo Asturias, alias Gaspar Ilom, hijo del premio Nóbel de Literatura Miguel Angel Asturias, las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR), lideradas por Pablo Monsanto, el Ejército Guerrillero de los pobres (EGP), de Rolando Morán, y el Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT), de Carlos González.
En un comunicado la comandancia insurgente explica que el futuro partido estará bajo una dirección única. "El futuro político nos exige un salto de calidad en la unidad", señala.
La URNG aspira a construir un proyecto nuevo de nación multiétnica, pluricultural y multilingüe, como factor decisivo para construir una democracia plena, justa y próspera.
Por su parte, el coordinador de COPAZ Gustavo Porras, informó que a fines de este mes o principios de octubre las partes se reunirán nuevamente en México para comenzar la discusión de los temas operativos.
Los ministros de la Defensa Nacional, Gobernación y Relaciones Exteriores, así como importantes funcionarios de América Central y otras personalidades estarán presentes el jueves en México para la firma del acuerdo de paz guatemalteco. (FIN/IPS/cz/dg/ip/96