La propuesta del presidente de Colombia, Ernesto Samper, de dar tratamiento global al narcotráfico fue recibida con escepticismo en esta capital por analistas y sectores opositores al mandatario.
La propuesta que Samper presentó este lunes en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) no es viable y constituye "una cortina de humo internacional" con la que pretende ocultar la crisis de su gobierno, comentó el dirigente conservador Jaime Arias.
La creación de un tribunal internacional contra el crimen organizado, planteada por el mandatario colombiano, "ha venido discutiéndose desde hace 40 años en ese organismo multilateral sin que se haya podido lograr su aceptación", comentó Arias, director del Partido Conservador, segunda fuerza del país.
En su intervención ante la 51 asamblea general de la ONU, Samper indicó que este tribunal formaría parte de un tratado mundial de ayuda judicial, que incluiría la asistencia recíproca para el intercambio de pruebas, la extradición y cárceles de alta seguridad sometidas a veedurías internacionales de control.
El presidente colombiano planteó también un acuerdo sobre control de tráfico de precursores químicos y de armas, un mandato contra el lavado de dinero, una central mundial de inteligencia para la lucha contra el narcotráfico y programas para la reducción de la demanda y la erradicación de cultivos ilícitos.
Estas acciones forman parte de "una agenda global" contra las drogas inspirada en los principios de corresponsabilidad, igualdad e integridad.
Sin embargo, el senador conservador Juan Restrepo consideró que estas propuestas constituyen la recapitulación de "una serie de aspiraciones de difícil cumplimiento".
La propuesta fue defendida por el director del gobernante Partido Liberal (PL), Emilio Lébolo, quien dijo que el discurso de Samper fue oportuno porque se hizo en presencia de los países comprometidos "en ese negocio multinacional" y la ONU es el marco adecuado para exigirles compromisos concretos.
Pero el ex ministro de Justicia Enrique Parejo, quien pertenece a un sector liberal opositor, la intervención de Samper fue "un agregado de lugares comunes y frases desgastadas que carecen de originalidad".
Los analistas Juan Tokatlián y Fernando Cepeda coincidieron en señalar que lo más destacado del discurso de Samper consiste en que se trata de una propuesta global que busca cubrir el problema desde diferentes ángulos, busca resultados específicos y coloca el acento en la cooperación.
Samper pasó "de un planteamiento de orden internacional a uno de carácter global que se acomoda más a las circunstancias contemporáneas", comentó Cepeda, pero añadio que aunque el planteamiento "es correcto desde el punto de vista teórico y académico, no tiene ninguna posibilidad de realización".
Esta imposibilidad de realización radica en que la política antidrogas es fijada unilateralmente por Estados Unidos y esa circunstancia no va a variar, comentó Tokatlián, investigador de la Universidad Nacional, la principal de Colombia.
La posición estadounidense se mantiene invariable en su concepción de que la lucha contra el tráfico de drogas debe librarse fundamentalmente en los países productores.
Tokatlián estimó en cambio que la propuesta de Samper va a ser bien acogida por los países del Tercer Mundo y la Unión Europea, que ya ha coincidido con Colombia en la corresponsabilidad en la lucha antidrogas y el interés de crear un tribunal internacional para delitos transnacionales. (IPS/IPS/yf/ag/ip/96