/DROGAS Y NARCOTRAFICO/

Hace 13 años, hombres-rana con 181 kilos de cocaína y decenas de miles de dólares en contante fueron capturados por las autoridades cuando nadaban hacia Punta Hunter, un vecindario pobre sobre la parte oriental de esta ciudad de Estados Unidos.

En incidente fue la primera evidencia pública de que San Francisco se había convertido en un gran centro para el tráfico internacional de "crack", una variedad potente pero más barata de la cocaína.

Sin embargo, el significado de la conexión de San Francisco fue desconocido hasta el mes pasado.

La Agencia Central de Inteligencia (CIA), el Departamento de Justicia y la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes anunciaron este mes nuevas pruebas del nexo de la CIA con traficantes de drogas, que difundieron la epidemia de crack entre negros e hispanos en los años '80.

Las pruebas fueron el resultado directo de un informe en tres partes publicado en agosto por el diario San José Mercury News.

El diario explicó de qué manera Juan Norwin Meneses Cantarero, un nicaraguense, usó casas suburbanas de Pacífica y Birlingame para planear una acción de narcotráfico en favor de "contras" nicaraguenses.

El informe provocó gran clamor aquí y en Washington, donde legisladores de color del grupo Congressional Black Caucus presionaron exitosamente por nuevas investigaciones para determinar en qué medida la CIA estuvo involucrada en la operación.

"Si esta historia es cierta, hará temblar la tierra", pronosticó el domingo el reverendo Jessie Jackson en su programa tevisivo "Both Sides" (Ambos Lados). "En verdad, es traición", agregó.

La epidemia de crack de la década del '80 no solo provocó la adicción de miles de jóvenes sino tambien fue responsable del dramático aumento de homicidios en muchas ciudades estadounidenses, donde bandas callejeras lucharon por el control de su distribución.

Gary Webb, el autor de la serie de artículos, dijo que el conducto de la droga montado por Meneses canalizó cocaína desde Colombia a través de El Salvador y otros puntos centroamericanos hacia Estados Unidos, y despues llegó a bandas criminales como Crisp y Blood en Los Angeles.

La recaudación de los beneficios fue hacia otra dirección, a Costa Rica y Honduras, para ayudar a los contras respaldados y financiados por la CIA, cuyos nueve años de guerra contra el gobierno sandinista formaron uno de los elementos centrales de la política exterior del ex presidente Ronald Reagan.

Las acusaciones que los contras fueron financiados en parte por operaciones de contrabando de drogas no son nuevas.

La administración de Reagan acusó a socios del ex líder antisandinista Eden Pastora de complicidad en contrabando de droga fuera de Costa Rica, luego que rompió con el mayor grupo apoyado y financiado por la CIA, la Fuerza Democrática Nicaraguense (FDN).

Al mismo tiempo, la administracion defendió al FDN de cargos por narcotráfico. En una carta dirigida este mes a un senador de California, el director de la CIA, John Deutch, señaló que la agencia investigó las acusaciones en 1988 y concluyó que "ni participó ni condonó tráfico de drogas por los contras".

Sin embargo, el informe del Mercury News señaló directamente al FDN y al papel que jugó una parte de sus dirigentes en fomentar la epidemia de crack en la costa occidental de Estados Unidos.

Según Webb, el contacto clave de Meneses fue un traficante llamado Oscar Danilo Blandón Reyes, el hijo de un dirigente de barrios pobres de Managua, que escapó a Estados Unidos cuando los sandinistas tomaron el poder en 1979.

Blandon, a su vez, empleo a Ricky "Freeway" Ross, un fuerte traficante de crack de Los Angeles, que ahora está esperando ser sentenciado por la justicia californiana.

En el área de San Francisco, de acuerdo con el Mercury News, Meneses trabajo con insospechables exilados republicanos y nicaragüenses a través de grupos como Apoyo Unido contra el Comunismo en las Américas, que promovió el FDN.

En América Central, Meneses trabajó con el coronel Enrique Bermudez, el jefe militar del FDN basado en Honduras. Bermudez, que fue encargado de la tarea por la CIA, cayó abatido a balazos en Managua, tras la derrota electoral sandinista de 1990.

Blandon, que tambien tuvo estrechas conexiones con Bermudez, testimonió que compró armas a un individuo de Los Angeles llamado Ronald Lister, quien aseguró que trabajaba para la CIA.

Otro contacto de Meneses fue Marcos Aguado, un nicaraguense que trabajó para la fuerza aérea salvadoreña en la base de Ilopango. Aguado, que fue identificado como agente de la CIA por varias fuentes, abasteció supuestamente de armas al FDN.

El mismo aeropuerto, controlado por el general de aviación Rafael Bustillo, fue usado para contrabandear cocaína hacia el norte, segón Celerino Castillo, un agente de la agencia antidroga estadounidense (DEA), quien informó a Webb que su primera denuncia sobre la operación de contrabando la hizo en 1985.

Ilopango tambien fue el centro de la operación de abastecimiento a los contras manejada por la Casa Blanca por medio del Consejo Nacional de Seguridad de Reagan, en lo que se llamó el asunto de Iran-Contra.

Si bien fue citado en 45 investigaciones federales antidroga, Meneses jamás fue procesado en Estados Unidos, señaló Webb, quien sugirió que estuvo protegido por agencias federales.

Meneses se mudó a Costa Rica en 1989 y retornó a Nicaragua despues de la derrota sandinista de 1990. Trabajo brevemente como informante de la DEA pero fue arrestado por contrabando de droga en 1991.

Ahora languidece en la prisión de Tipitapa, en las afueras de Managua, pero su excarcelación podría producirse en breve.

Blandon fue encarcelado durante 28 meses a fines de la década del 80 y lo liberaron porque cooperó con la DEA. Desde entonces recibió de la agencia 166.000 dólares, dinero que invirtió en exportaciones de madera en Centroamérica.

La pregunda clave, segun Webb, es "cuál fue la vinculación de la CIA con Meneses y Blandon", y él mismo responde que "la CIA nunca lo dirá".

Deutch negó este mes que la agencia hubiera tenido alguna vinculación con los dos hombres, pero el furor que causaron los artículos en la comunidad negra de Estados Unidos lo obligó a ordenar al inspector general de la CIA que realice una nueva investigación.

El ex coronel de infantería de marina Oliver North, asistente de la Casa Blanca que tuvo a su cargo la operación Iran-Contras, afirmó que la historia "es pura basura y un esfuerzo para distraer a la gente de los notables esfuerzos de la administración Clinton para enfrentar el problema de la droga".

Sin embargo, el Departamento de Justicia y la Comisión de Inteligencia de la Cámara ya anunciaron que llevaran adelante sendas investigaciones del caso. (FIN/IPS/tra-en/pc/yjc/ego/ip/96

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