Dirigentes de más de 200 organizaciones no gubernamentales (ONG) de 70 países lanzaron hoy la capital de Italia una advertencia contra las actuales políticas de desarrollo que "continúan ignorando a los campesinos, mujeres, jóvenes y niños, y a los grupos urbanos y rurales marginados"
Los representantes de organizaciones ambientalistas y de campesinos, pescadores, comunidades indígenas y urbanas acordaron pedir un cambio de estas políticas a la Cumbre Mundial sobre la Alimentación que celebrarán en Roma cerca de 200 Jefes de Estado y de Gobierno del 13 al 17 de noviembre.
Las ONG señalaron que este "modelo de crecimiento no lleva a un desarrollo sostenible y equitativo, ni a la justicia social, ni a la igualdad de la mujer".
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) invitó a las ONG a una Conferencia que celebraron del 19 al 21 de septiembre para fijar su posición sobre la Cumbre, que dieron a conocer este lunes, y que plantearán al Comité de Seguridad Alimentaria Mundial.
El Comité inició este lunes la última reunión previa a la cumbre, que se desarrollará durante toda la semana.
El encuentro es la última oportunidad que tienen los gobiernos para ponerse de acuerdo sobre los proyectos de la Declaración de Roma y el Plan de Acción que deberá aprobar la Cumbre, sobre los cuales existen aún grandes divergencias.
Las ONG sostuvieron la necesidad que los gobiernos suscriban una convencion internacional sobre la seguridad alimentaria, bajo los auspicios de la ONU, que asegure "un marco económico y políticas agrícolas abiertas, democráticas, participativas y transparentes".
Esta convención tendría como objetivo la autosuficiencia en alimentos básicos y la estabilización de los precios a través de un sistema descentralizado, de reserva de los alimentos principales a nivel local, nacional y regional.
Expresa que la "seguridad alimentaria es un derecho humano, que tiene que tener precedencia sobre el comercio, las políticas macroeconómicas, el militarismo y los dictados del mercado, que debe ser la primera prioridad de los gobiernos".
"Lograr la seguridad alimentaria para todos requiere un desarrollo humano sostenible, que incluya un acceso equitativo a las oportunidades económicas para todos, sin discriminación, políticas y programas gubernamentales que asistan a los grupos más vulnerables".
Hizo un llamamiento a la cumbre para que acuerde negociaciones para alcanzar en dos años la entrada en vigor de un acuerdo internacional sobre seguridad alimentaria, que permita a nivel jurídico regular el derecho a la alimentación.
Este acuerdo deberá prohibir el uso de los alimentos como arma política de coerción, tal como los embargos, boicot, bloqueos, que minan la seguridad alimentaria de un estado o de una comunidad específica.
Deberá establecer un sistema de reservas de alimentos, controlado nacionalmente y coordinado a nivel internacional, tal como lo solicitó la conferencia de la Alimentación celebrada en Roma en 1974.
La declaración de las ONG expresa que hay que llevar a cabo la condonación de la deuda externa de los países menos desarrollados, como se acordó en la Cumbre de Desarrollo Social de Copenhague de 1995.
Señala que las actuales prácticas no sostenibles benefician a las corporaciones transnacionales: en la actualidad, cuatro compañías del sector de la alimentación controlan el comercio global de granos. De forma similar, un número reducido de compañías controlan la casi totalidad de los productos agrícolas.
Las ONG plantearon la necesidad de apoyar y llevar a cabo reformas agrarias efectivas que permitan a los pequeños campesinos y a los campesinos sin tierra acceder a la propiedad, al control y el manejo de los recursos.
Los programas de ajuste estructural promovidos por organizaciones financieras internacionales no deben poner en peligro el acceso a la tierra, al agua, a la sanidad, a los alimentos y a la nutrición, expresa la declaración.
La Cumbre debe decir claramente, agrega, que los problemas de malnutrición y hambre existen tanto en las zonas rurales como urbana y que se requieren diferentes enfoques para asegurar la seguridad alimentaria a la población urbana y rural pobre, ya sea en los países en desarrollo como en los desarrollados.
La inversión privada debe diferenciarse, afirma, de lo que es la ayuda al desarrollo porque sus objetivos son distintos, incluso donde la inversión es necesaria, los gobiernos la deben regular.
Todas las naciones donantes deberían cumplir sin tardanza con la meta actual de las Naciones Unidas, de asignar el 0,7 por ciento del producto interno bruto a la ayuda al desarrollo, que en la actualidad no alcanza como promedio al 0,4, afirma la declaración.
La liberación del comercio no es la solución al problema de la seguridad alimentaria: en muchos países, los acuerdos de libre comercio han obligado a dejar sus tierras a muchos campesinos, especialmente a mujeres, creando una dependencia nacional a las importaciones de alimentos.
Por lo tanto, dice, "hacemos un llamamiento a los gobiernos a que congelen los acuerdos de libre comercio en la agricultura, hasta que no se lleve a cabo un estudio sobre el impacto de los acuerdos alcanzados en la Ronda Uruguay del GATT". (FIN/IPS/jp/jc/dv/96