Miles de niños y niñas de la calle están sometidos en Bulgaria a la persecución de la policía y a la violencia de grupos racistas, denunció uno de los principales grupos estadounidenses de defensa de los derechos humanos.
Los malos tratos se aplican especialmente a los gitanos, que constituyen más de 85 por ciento de los casi 14.000 niños de la calle de Bulgaria, aseguró la organización Human Rights Watch en un informe titulado "Los niños de Bulgaria".
Una delegación de Human Rights Watch viajó a Bulgaria en la primavera boreal para investigar los hechos, y sus integrantes se entrevistaron con 30 niños en las ciudades de Sofía, Plovdiv, Varna, Pleven y Sliven.
También obtuvieron información de trabajadores sociales, activistas, abogados, maestros y funcionarios de policía.
"La policía somete a menudo a los niños de la calle a abuso físico y otros malos tratos", y a eso se suman los "brutales" ataques de los "cabeza rapada", que actúan por móviles racistas", según el informe.
Detenidos sin proceso judicial, varios niños han sido confinados en Escuelas de Educación Laboral, supuestamente para su "reeducación".
El Ministerio de Educación no permitió a los representantes de Human Right Watch la inspección de esas escuelas, con el argumento de la edad de los internos, algunos de los cuales tienen ocho años.
De acuerdo con el informe, las supuestas escuelas serían "instituciones penales" en las que poco cuenta el desarrollo social y emocional de los internos.
La organización señaló la grave situación económica y social de la minoría gitana de Bulgaria y problemas del sistema de educación pública como las causas que llevan a los niños a abandonar su hogar.
Pese a creencias populares, los niños gitanos no son obligados por sus familiares a dejar el hogar para buscar dinero.
Ellos se sostienen a sí mismos mediante el desempeño de tareas ocasionales para propietarios de tiendas, reuniendo materiales de desecho, y con el robo y la prostitución, se consignó en el informe.
Muchos niños de la calle son adictos al pegamento y a otros productos químicos de efecto estupefaciente, y ese hecho induce a la policía a considerarlos delincuentes.
"Los niños de la calle son a menudo víctimas de extrema violencia y abuso a manos de los cabeza rapada y de la policía", insistió la organización humanitaria.
La policía realiza rutinariamente redadas de niños de la calle, y obliga a los detenidos a pasar la noche en celdas, sin notificación a la justicia.
La detención puede prolongarse durante varios días, y los niños, a quienes se alojada en celdas junto a adultos, son a veces sometidos a la picana eléctrica o a golpes. En muchos casos han sido privados de comida y del uso de servicios higiénicos.
A la vista de esos hechos, "no resulta extraño que los niños no denuncien a la policía los ataques de los cabeza rapada. Temen y desconfían de quienes deberían protegerlos".
Human Rights Watch exhortó al gobierno de Bulgaria a exigir cuentas de sus actos a los policías responsables de la violación de los derechos de los niños de la calle.
Así mismo, exhortó al parlamento búlgaro a tomar las previsiones legales necesarias para asegurar la independencia del Poder Judicial.
Por último, solicitó a las autoridades la investigación de la violencia racial contra los gitanos. (FIN/IPS/tra- en/jl/yjc/ff/hd/96