Un grupo de 74 guerrilleros se entregaron hoy al gobierno de Colombia en el noroeste del país, para iniciar un proceso de reinserción a la vida legal.
Entre los insurgentes que se entregaron a las autoridades se encuentra David Meza, jefe militar del Ejército Popular de Liberación (EPL), cuya deserción fue considerada por fuentes gubernamentales como un duro golpe para esa organización.
Los guerrilleros, que pertenecen a EPL y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), fueron trasladados en helicópteros desde el noroccidental departamento de Antioquia, donde se produjo la entrega, a un campamento en el norte del país.
"Es la mayor deserción masiva reciente de guerrilleros para dejar las armas y negociar con el gobierno", afirmó la fuente que pidió el anonimato.
Según un informe oficial, Meza estaba al mando militar del EPL desde 1992 y está sindicado como responsable de numerosas emboscadas a patrullas militares y asesinatos de campesinos y sindicalistas de la región de Urabá, en el noroeste del país.
Los asesinatos, según el informe, hacían parte de una política de exterminio que llevó a cabo el EPL contra un sector de esa organización que fue legalizado en 1994, al que acusaban de actuar junto a grupos paramilitares de derecha de la región.
Tras el fracaso de las conversaciones en mayo con el grupo Jaime Bateman Cayón, un grupo disidente del legalizado M-19, la entrega de estos miembros del EPL y las FARC da base para un proceso de negociación entre el gobierno del presidente Ernesto Samper y algunos sectores de la guerrilla.
Sin embargo, los grupos no serían muy representativos dentro del conjunto de la Coordinadora Nacional Guerrillera, que cuenta con cerca de 14.000 combatientes y cuyas organizaciones mayoritarias son las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). (FIN/IPS/yf/ag/ip/96