BURUNDI: Embargo comercial paraliza servicios médicos

Un embargo comercial impuesto a Burundi por países vecinos distorsionó los servicios de salud del pequeño país centroafricano, los cuales ya han sido afectados por tres años de inseguridad, se quejaron fuentes médicas en Bujumbura.

"El embargo fue impuesto cuando necesitábamos medicinas y nuestras reservas no estaban en buenas condiciones", dijo Sylvestre Sayinguvu, director del hospital Louis Rwagasoro, uno de los principales de la capital, y destacó que, debido al sida, parte del equipo de laboratorio como jeringas y sondas se utiliza una sola vez.

Países del este y centro de Africa decidieron el 31 de julio imponer sanciones para presionar a los nuevos gobernantes militares de Burundi con el fin de que restauren las instituciones democráticas, disueltas el 25 de julio.

Autoridades de Burundi anunciaron el fin de semana que alrededor de 130.000 dólares de medicinas pedidas al extranjero para recuperar las reservas agotadas fueron detenidas en los puertos de Dar-Es-Salaam (Tanzania) y Mombasa (Kenia).

Los servicios médicos de Burundi ya habían sido erosionados por una crisis económica y los daños a la infraestructura causados por la guerra con grupos de rebeldes hutu.

La guerra parece haber escalado durante las últimas semanas, y frecuentes enfrentamientos en los caminos que llevan a la capital evitaron que las personas de las áreas rurales lleguen a los hospitales en Bujumbura, según Sayinguvu.

En la Provincia Central, el hospital estatal de Gitega informó sobre escasez de medicinas y alimentos para los enfermos.

En Bujumbura, la situación está más amenazada por los efectos del embargo sobre los Servicios Técnicos Municipales, a cargo de la recolección de residuos. Muchos de sus camiones están detenidos debido a la falta de combustible resultante del bloqueo.

La situación seguramente empeorará en Burundi. Grupos de guerrileros hutu, entre ellos las Fuerzas para la Defensa de la Democracia (FDD), reforzaron sus actividades insurgentes.

Las FDD es el brazo armado del Consejo Nacional para la Defensa de la Democracia (CNDD), liderado por el ex ministro del Interior, Leonard Nyangoma. La semana pasada, anunció tener bajo su control más de 80 por ciento del territorio de Burundi.

El vocero del ejército teniente coronel Longin Minani desmintió la declaración, y dijo a IPS por teléfono desde Bujumbura que "alardean sobre el poder que no tienen para engañar a la comunidad internacional y hacerla creer que son fuertes".

Las autoridades militares de Bujumbura rechazaron un ultimátum del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que el viernes dio al gobierno un plazo de 60 días para iniciar conversaciones de paz o enfrentar posibles medidas punitivas.

El presidente de facto, Pierre Boyoya, dijo el sábado a una reunión de empresarios que la solución a la crisis en su país no provendría del Consejo de Seguridad.

El vocero presidencial Jean Ndizeye dijo que no habría conversaciones con los rebeldes ya que el FDD "busca exterminar a la población de Burundi". Antes de iniciar un diálogo, añadió, es necesario "renunciar a la ideología del genocidio". (FIN/IPS/tra-en/jbk/kb/lp/ip-he/96

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