BOLIVIA: Diez columnas de indígenas y campesinos marchan a La Paz

Diez columnas de indígenas y campesinos se acercan a esta ciudad por diferentes partes de Bolivia, para reclamar tierra, territorios propios, derechos políticos y desarrollo.

Las caminatas, que en algunos casos se iniciaron hace más de un mes e involucran a un total de 5.000 personas, son la forma de presión elegida por campesinos e indígenas para lograr la aprobación de una Ley del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), que favorezca a sus intereses.

En forma simultánea, la Central Obrera Boliviana cumple este miércoles en La Paz y las principales ciudades del país un paro general de 24 horas en rechazo a la política económica del gobierno del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y en apoyo a las marchas.

El paro inauguró con sorpresivo éxito una nueva etapa en la conducción del movimiento sindical boliviano, liderado desde hace dos semanas por el radical Edgar "Huracán" Ramírez, que en su primera experiencia de movilización demostró mayor poder de convocatoria que la anterior dirección.

Entretanto, en las carreteras y caminos de herradura, indígenas y campesinos aceleraban su marcha a La Paz pese al cansancio y las enfermedades que comenzaron a afectar a los marchistas, entre los que había ancianos, mujeres y niños.

Irma Irapovi, de 30 años, quien participaba en la columna formada por los indígenas de la amazonia boliviana, falleció el fin de semana durante el parto en un centro médico del departamento de Santa Cruz, en el este del país.

Unos 1.000 campesinos cultivadores de coca. se encontraba este miércoles en Lequepalca, a unos 250 kilómetros de la sede de gobierno. En tanto, de la región de las minas, otros mil campesinos retomaron la caminata en la población de Llallagua, a unos 400 kilómetros de La Paz.

Otro grupo de indígenas del norte boliviano se encontraba este miércoles en la población de Caranavi, a 160 kilómetros de la La Paz.

Todos ellos caminan con objetivos compartidos: recursos para el desarrollo, mayor participación política y la aprobación de una ley que les otorgue tierras.

Si bien en Bolivia el problema de la tenencia de tierras ha sido formalmente resuelta en 1953 con la reforma agraria, el sistema de minifundio y la carencia de infraestructura para hacer productivas esas tierras convirtieron la medida en un fracaso.

La ley INRA intenta resolver esas dificultades, pero a la vez imponer una serie de medidas de control que no convencen a campesinos, indígenas, colonos o empresarios.

En este cuadro, el gobierno se siente presionado por varias partes en la búsqueda de un difícil consenso que satisfaga las demandas de todos los interesados.

En las negociaciones que simultáneamente a las marchas sostienen indígenas, empresarios y gobierno en La Paz, se ha avanzado algo al comprometerse el gobierno a anular el concepto del daño ecológico como causal de reversión de tierras al Estado.

"Sin embargo, acordamos con los sectores que la Ley del Medio Ambiente es la que rige para las sanciones contra quienes utilicen sus tierras en contra de la ecología y el medio ambiente", puntualizó el ministro de Desarrollo Sostenible, Moisés Jarmusz.

Otros puntos cuestionados del proyecto de Ley son las atribuciones de una Superintentencia Agraria de próxima creación, y el no pago de impuestos por dos años como otra causal de reversión de tierras al Estado.

El abandono de tierras y la comprobación de que éstas no son trabajadas es también otra causa de reversión de las tierras al Estado, rechazada por empresarios y campesinos.

Pero las marchas campesinas no agotan sus aspiraciones en el acuerdo para la aprobación de una Ley INRA de consenso, sino que extienden sus demandas a mayor participación política y fondos autónomos para el desarrollo.

Los campesinos productores de coca, por ejemplo, demandan adicionalmente planes de desarrollo alternativo y rechazan la erradicación de sus cultivos de coca.

"Tenemos muchas cosas que exigirle al gobierno, y por eso no vamos a parar la marcha hasta llegar a La Paz, cueste lo que cueste", advirtió Evo Morales, líder de los campesinos cocaleros, ante la advertencia gubernamental de que detendrá por la fuerza las caminatas. (FIN/IPS/jcr/ag/ip/96

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