BOLIVIA-BRASIL: Presidentes anuncian inicio del gasoducto

Los presidentes Fernando Henrique Cardoso, de Brasil, y Gonzalo Sánchez de Lozada, de Bolivia, anunciarán el miércoles en Cochabamba el inicio de la construcción de un gasoducto entre los dos países.

El acto pone fin a varias décadas de negociaciones e intentos frustrados de llevar el gas boliviano a las áreas más industrializadas de Brasil y cierra la cumbre del Grupo de Rio, que tendrá lugar el martes y miércoles en la ciudad boliviana.

Este será uno de los mayores proyectos de integración energética en América del Sur, que favorecerá a decenas de millones de brasileños que viven en las más de 70 ciudades que recibirán el gas natural canalizado, sustituyendo al gas licuado de petróleo envasado que provoca frecuentes explosiones.

El acuerdo, concluido hace dos semanas, define que la empresa estatal brasileña Petrobrás se encargará de la construcción de los más de 3.000 kilómetros de gasoducto, financiando los 400 millones de dólares que costarán los 510 kilómetros en territorio boliviano, como un adelanto por los suministros futuros.

La obra costará en total 1.888 millones de dólares, de los cuales unos 750 millones de dólares deberán venir del exterior, especialmente del Banco Interamericano de Desarrollo y del Banco Mundial.

La Corporación Andina de Fomento financiará 250 millones de dólares y los restantes 488 millones quedarán a cargo de instituciones de Brasil y Bolivia.

Formalizado el acuerdo, Petrobrás deberá llamar a licitación internacional para la adquisición de las tuberías que tendrán capacidad para 30 millones de metros cúbicos diarios. A partir de 1999 Brasil deberá estar importando ocho millones de metros cúbicos, volumen que se duplicará después de ocho años.

La región metropolitana de Sao Paulo, con sus 16 millones de habitantes, absorberá la mitad de todo el suministro, que permitirá también reducir la contaminación atmosférica, al proveer a la industria local de un combustible más limpio.

El gasoducto, que ingresará a Brasil por el occidental estado de Mato Groso del Sur, cruzará todo el estado de Sao Paulo, desviándose luego para el sur del país.

Con ese proyecto, y una posible importación en un futuro más lejano de gas natural también del norte de Argentina, el gobierno brasileño pretende elevar la participación de ese combustible en la matriz energética del país, que es inferior a dos por ciento, a alrededor de 10 por ciento en el inicio del próximo siglo. (FIN/IPS/mo/ag/if/96

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