AMERICA LATINA: Incierto futuro a medio plazo de inversión externa

La inversión extranjera directa aumenta en América Latina y el Caribe, según el informe anual de Naciones Unidas, gracias a las privatizaciones, lo cual crea alguna incertidumbre sobre la continuidad de este proceso en el mediano plazo.

El informe, publicado este miércoles en Ginebra por la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), fue comentado en Santiago de Chile por Alejandro Vera- Vasallo, experto de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Vera-Vasallo, jefe de la unidad conjunta Cepal-Unctad, apuntó que el impulso que tendrán este año las privatizaciones en Brasil y otros países de la región, como Perú, hacen prever mayores inversiones externas que en 1995.

El año pasado, la región recibió inversión extranjera directa (IED) por 27.000 millones de dólares, sobre un total mundial de 315.000 millones de dólares, de los cuales 100.000 millones fueron a las regiones en vías de desarrollo.

La IED representa los capitales colocados en la adquisición de activos y desarrollo de infraestructura y proyectos productivos, diferenciándose así en el informe de la Unctad de las llamadas inversiones de cartera o portafolio.

Los actores fundamentales de la IED son las corporaciones transnacionales, concepto aplicado por Unctad a todas las empresas que operan más allá de las fronteras territoriales, aunque para fines analíticos el informe mantiene la clasificación por países.

Si bien América Latina muestra un curso ascendente de la IED, su situación es relativamente modesta, comparada con la del mundo industrializado y de las áreas en desarrollo de Asia, sobre todo con China y los tigres del sudeste.

Los 27.000 millones de inversión en la región significaron un aumento de cinco por ciento en relación a 1994, mientras que en el conjunto del mundo en desarrollo (América Latina, Asia y Africa) el incremento fue de 15 por ciento.

Sólo China recibió 38.000 de los 100.000 millones de dólares que fueron al Sur, y los tigres asiáticos emergentes (Malasia, Singapur, Indonesia y Tailandia), tuvieron IED por otros 17.900 millones de dólares.

En los países del Norte, el incremento de la IED en 1995 fue de 53 por ciento, destacándose Estados Unidos, que hizo inversiones en otros países por 96.000 millones de dólares y recibió capitales por 60.000 millones de dólares.

América Latina está un tanto al margen de las grandes corrientes de inversión, señaladas por Vera-Vasallo, que muestran flujos de capitales entre Estados Unidos y Europa y entre Japón y el resto del Asia.

El jefe de la unidad Cepal-Unctad subrayó que sólo cinco países industrializados -Estados Unidos, Alemania, el Reino Unido, Japón y Francia- concentran 66 por ciento del total mundial de inversiones en el exterior.

Esta concentración se reproduce también a escala en América Latina, donde México, Brasil, Argentina, Chile, Bermudas y Colombia concentraron en 1995 IED por 22.900 millones de dólares, es decir casi 85 por ciento del total regional.

En el análisis de Vera-Vasallo se destaca un crecimiento de 22 por ciento de la inversión intrarregional, con Brasil, Chile, Bahamas, México, Venezuela y Colombia, como los países que en 1995 colocaron más capitales en otras naciones latinoamericanas y caribeñas.

Aquí también aparecen diferencias cualitativas, porque las transnacionales latinoamericanas son empresas dedicadas a la explotación intensiva de recursos naturales, mientras las emergentes inversionistas asiáticas desarrollan manufacturas con uso intensivo de tecnología, señaló el experto.

En el panorama regional se vislumbra un aumento importante de la IED en 1996, que deberá prolongarse en la medida de que continúen y se extiendan a otros países grandes procesos de privatización de activos estatales, como los de Brasil y Perú en la actualidad.

La duda es qué sucederá con la inversión externa cuando se completen o agoten las privatizaciones y Vera-Vasallo apunta que la tendencia de la colocación de capitales debería desplazarse hacia los proyectos de infraestructura.

En ese sentido, Chile, que fue el primero en privatizar en gran escala, puede volver a ser el pionero en la región, ya que mantiene un alto flujo de IED, de 2.500 millones en 1994 y 3.000 millones de dólares en 1995, para el desarrollo de proyectos productivos.

Vera-Vasallo considera que la región está "regresando al futuro", porque vuelve a insertarse en una transnacionalización que comenzó prácticamente con el siglo y se interrumpió con la oleada de nacionalizaciones y expropiaciones de las décadas de los años 60 y 70.

La desaparición de esas "amenazas", así como la globalización acompañada del surgimiento de amplios bloques comerciales, es el escenario en que América Latina puede esperar que se mantengan flujos importantes de IED, según el experto.

Vera-Vasallo subrayó que la inversión transnacional es desde los años 80 "la variable determinante del proceso de globalización", transformándose en su factor de mayor dinamismo.

En efecto, la IED crece más rápido que el comercio internacional de bienes y los servicios no financieros, y se incrementa igualmente a un ritmo mucho más alto que el producto bruto mundial, destacó el jefe de la unidad Cepal-Unctad.

Esta virtual dinámica independiente de la inversión se muestra en el hecho de que pese a la gran afluencia de capitales a la región y a todo el Sur, aumentan el desempleo y caen los salarios reales.

Vera-Vasallo señaló que esta es una contradicción preocupante para Naciones Unidas, que apunta al problema central del desarrollo, en que el incremento de la productividad y de los insumos tecnológicos no se refleja en la estructura laboral ni social. (FIN/IPS/ggr/dg/if/96

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe