Las democracias ingobernables y las dictaduras revestidas de un halo de eficiencia pesan como un dato casi irrefutable en la memoria colectiva de América Latina y muestran la difícil síntesis de la gobernabilidad democrática.
Esta fue tal vez la preocupación central de los funcionarios de gobiernos, dirigentes políticos y expertos internacionales que se reunieron el sábado y domingo en Santiago de Chile en un Laboratorio de Análisis Social sobre el tema.
El encuentro fue convocado por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), como un aporte para la VI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará en noviembre en Chile.
El presidente Eduardo Frei, anfitrión de esa cita, recogió la preocupación sobre la eficacia de los restablecidos regímenes de derecho en la región y propuso la gobernabilidad democrática como eje temático del encuentro de líderes de América Latina, España y Portugal.
Es en ese contexto que el cronograma de seminarios y foros regionales se ha nutrido en los últimos meses de esta fórmula de la gobernabilidad democrática, que da lugar a variados y drásticos diagnósticos pero a pocos tratamientos terapeúticos.
Esto quedó de manifiesto una vez más en esta última cita en Santiago, que tuvo entre sus protagonistas centrales al vicepresidente de Bolivia, Víctor Hugo Cárdenas, y al ministro Secretario General de la Presidencia de Chile, Genaro Arriagada.
Los ex ministros Anaisabel Prera, de Guatemala, Rodrigo Pardo, de Colombia, Carlos Tünnermann, de Nicaragua, y César Verduga, de Ecuador, así como el líder guerrillero guatemalteco Rodrigo Asturias formaron parte también de este laboratorio de análisis.
Cárdenas recordó que la democracia se refiere a la legitimidad de un gobierno, en términos de su constitución y las relaciones entre gobernantes y gobernados, mientras la gobernabilidad "remite a la efectividad y eficacia de la acción de gobernar".
"En la experiencia latinoamericana han existido regímenes democráticos pero ingobernables, y a la inversa, regímenes que sin tener origen democrático, han alcanzado un nivel de gobernabilidad", indicó el vicepresidente boliviano.
No obstante, "también ha habido dictaduras que condujeron a sus países a situaciones críticas de ingobernabilidad", puntualizó Cárdenas, quien llamó a "construir una relación virtuosa entre gobernabilidad y democracia".
En el marco de ese desafío, los debates regionales muestran que la preocupación de los gobiernos y los partidos apuntan fundamentalmente a "elevar la calidad de la política", venida a menos por fenómenos como la corrupción.
El político "debe ser el gozne entre gobernabilidad y democracia. Cuando se ocupa sólo de los problemas de la gobernabilidad, tiende a devenir en tecnócrata, cuando lo hace únicamente de los problemas de la democracia, puede tornarse un demagogo", señaló Prera.
En un mensaje que entregó a nombre del director general de UNESCO, Federico Mayor, la ex ministra guatemalteca situó entre los problemas que afectan a la gobernabilidad democrática a la pobreza generalizada, la corrupción política y el narcotráfico.
Señaló igualmente a "las presiones corporativas a través de los medios masivos de comunicación, o las injerencias externas, así como las presiones que devienen del esfuerzo por el desarrollo económico".
Arriagada indicó que esos problemas se dan en un contexto latinoamericano en que las democracias son todavía frágiles, como ocurre con la chilena, donde 20 por ciento del Senado es designado y las Fuerzas Armadas matienen alguna autonomía del poder constitucional.
El ministro chileno indicó que la región se debatió hasta hace poco entre tres grandes enemigos: el golpismo, el populismo y la guerra fría, que utilizó a los países latinoamericanos como carne de cañón de los conflictos entre las dos superpotencias.
Arriagada expresó su esperanza de que estos tres enemigos estén "definitivamente en el basurero de la historia", pero enfatizó en la fragilidad de las democracias y en los desafíos a que éstas deben responder en la actualidad.
El primero es la eficacia en el progreso material, derrotando el estancamiento económico y la hiperinflación, señaló, ligando de inmediato el segundo desafío, que es el de la pobreza y la inequidad, particularmente agudo en América Latina.
El ministro exhortó a "enfrentar con decisión las formas extremas de pobreza" y aplicar "con imaginación y creatividad nuevas políticas sociales que se orienten por el principio y el objetivo de una cada vez mayor equidad en la distribución de la riqueza y las oportunidades".
La inserción dinámica en un mundo globalizado es el tercer desafío para las democracias latinoamericanas y el cuarto es la modernización del Estado en su papel regulador y en la lucha por alcanzar mayores grados de justicia social.
El descrédito del oficio político es el quinto y más complejo y trascendente de los "talones de Aquiles" de los sistemas democráticos en la región, según el análisis de Arriagada, un cientista político afiliado a la Democracia Cristiana.
"Los partidos políticos atraviesan hoy en día procesos de reconversión, de crisis de identidad, de problemas de credibilidad y legitimidad, en donde los grandes parámetros que los hacían fuertes en el pasado ya no encuentran eco ni receptividad en los ciudadanos", indicó.
Entre los varios factores que originan este fenómeno, citó, además de la corrupción, al influjo creciente de la televisión, que ha convertido también a la política en una "prisionera del ratting", en una actividad donde prima el espectáculo sobre el debate argumentado. (FIN/IPS/ggr/ag/ip/96