El juicio iniciado por una empresa según la cual Canadá violó los términos del TLC al restringir la venta de un polémico aditivo a la gasolina desató una fuerte reacción de ambientalistas y defensores de la salud pública.
La sección "derechos de los inversores" del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) fue utilizada por la Ethyl Corporation de Richmond, Virginia, para demandar al gobierno de Canadá por 201 millones de dólares, alegando que la prohibición del tricarbonil metilciclopentadienil de manganeso (TMM) encubre una barrera comercial.
El Sierra Club de Canadá, destacada organización ambientalista, considera que "si la empresa está acertada al decir que el TLC puede ser interpretado de esta forma, entonces el TLC es un desastre", según dijo su directora ejecutiva, Elizabeth May.
Si Ethyl Corporation tiene la razón en este caso, "entonces deberemos renegociar el tratado, para recuperar algo de soberanía para regular sobre la contaminación", dijo May a IPS.
La compañía estadounidense sostiene que la prohibición de Canadá a la venta de TMM es "equivalente a la expropiación" del negocio de la empresa, y exige compensación.
Ethyl Corporation, único abastecedor de TMM en Canadá, afirma que el gobierno canadiense sabía que la empresa perdería 50 por ciento de sus negocios canadienses cuando aprobó la restricción de la venta del aditivo.
La demanda sostiene además que Canadá no puede apelar a normas de salud o ambientales para restringir la importación de TMM porque los riesgos del uso del aditivo aún no han sido establecidos.
El TMM "no plantea una amenaza al ambiente ni a la salud y el bienestar humano", afirma la empresa, asesorada por Gordon Ritchie, ex funcionario de comercio canadiense que participó en las negociaciones del TLC.
El Ministerio de Salud de Canadá, afirma el representante de Ethyl Corporation, tomó la posición de que el TMM en la gasolina no representa un riesgo a la salud.
Pero las afirmaciones del Ministerio son muy polémicas.
Grace Wood, del directorio ambiental y de salud del ministerio y autora de un informe sobre TMM, dijo a IPS que aunque el manganeso es conocido como neurotoxina asociada a desórdenes mentales como la enfermedad de Parkinson, el nivel de la sustancia liberada por el TMM en la gasolina "tiene pocas posibilidades de plantear riesgos".
No obstante, Wood admitió que la Agencia de Protección Ambiental (EPA, el ministerio de salud estadounidense), sacó la conclusión opuesta a partir de un estudio similar.
Según Wood, la diferencia entre ambos estudios deriva de distintos niveles de consumo de gasolina en Estados Unidos y Canadá.
Según el grupo defensor del equilibrio ecológico Ambiente Canadá, otros riesgos a la salud no están asociados a la neurotoxicidad, como los gases que despiden los automóviles a partir del uso de gasolina con TMM, responsables de trastornos como asma crónica y bronquitis.
La industria automotriz se ha aliado a los ambientalistas en la lucha contra el TMM, la cual teme que la polémica generada por el aditivo finalice con nuevas disposiciones contra la contaminación.
Una declaración conjunta de la Asociación de Fabricantes de Vehículos a Motor y la Asociación Internacional de Fabricantes de Automóviles de Canadá sostiene que "el gobierno no debe distraerse de sus esfuerzos por proteger el medio ambiente, y cumplir el compromiso de eliminar de la gasolina los aditivos basados en el manganeso como el TMM".
Ethyl Corporation, no obstante, afirma que los reclamos de los fabricantes sobre los efectos del TMM en el control de la contaminación no han sido probados.
A los intereses de la compañía se suman empresas petroleras que temen inversiones de millones de dólares para la adaptación de refinerías a la gasolina libre de TMM. (FIN/IPS/tra-en/sd/pz/lp/en796