Los vecinos de Sudáfrica temen que un pacto comercial planificado entre el gigante económico de Africa Austral y la Unión Europea (UE) perjudique el comercio intarregional.
Sudáfrica negocia con la UE un pacto comercial, el cual, según espera, desbloqueará los caminos a los fuertemente regulados mercados europeos, mientras abre al ex paria internacional a los bienes manufacturados en Europa.
Cualquier pacto entre Sudáfrica y la UE deberá ser supervisado, advirtió la Unidad de Investigación de Política Económica de Namibia (NEPRU), y añadió que "el acuerdo actual de la Unión Aduanera de Africa Austral (SACU) prohíbe el ingreso de bienes importados bajo el acuerdo bilateral y los otros miembros de SACU".
SACU integra a Botswana, Lesotho, Namibia, Sudáfrica y Swazilandia al comercio libre de impuestos y cuotas, con un tercio de las ganancias totales destinadas al Fondo Común de Ingresos.
Las reducciones arancelarias que reducen el tamaño de ese fondo llevarán inevitablemente a pérdidas de ingresos para algunos o todos de los países de SACU.
Un documento de NEPRU advierte que, en vista de la naturaleza simbiótica de las relaciones comerciales de SACU, en el futuro Sudáfrica podría importar menos de sus vecinos.
Por ejemplo, bajo la ronda Uruguay de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Sudáfrica, que envía 42 por ciento de sus exportaciones a la UE, de la cual obtiene 30 por ciento de sus importaciones, acordó eliminar las cuotas de importación de la carne y reemplazarlas con aranceles.
Bajo el acuerdo planificado, las tarifas de la ronda Uruguay no se aplican a las importaciones de la UE. El pacto prevé la eliminación de los impuestos sobre alrededor de 90 por ciento de las importaciones de la UE, y también demanda cortes en barreras arancelarias y no arancelarias sobre todos los productos agrícolas.
Mientras Sudáfrica es el principal destino de la mitad de exportaciones de carne de Namibia, bajo el nuevo acuerdo comercial, según predice NEPRU, es posible que Sudáfrica las sustituya con importaciones desde Europa, lo cual deprimiría el precio y dejaría a los productores namibios fuera de juego.
Para Namibia, esto representaría una reducción del ingreso del gobierno de hasta 15 por ciento.
Incluso sin la amenaza de este nuevo pacto, la balanza comercial regional se inclina a favor de Sudáfrica, que en 1993 exportó a estos seis países de Africa Austral bienes por 1.700 millones de dólares, pero sólo importó por el valor de 356 millones de dólares.
La economía de Sudáfrica es 20 veces mayor que la de su competidor más cercano, Zimbabwe, y su producto interno bruto (PIB) supera el de los otros 11 miembros de la Comunidad de Africa Austral para el Desarrollo (SADC).
Algunos economistas señalan que el acuerdo de libre comercio entre la UE y SADC aumentaría la competencia entre países miembros y beneficiaría al consumidor "a medida que los productos manufacturados de la UE comienzan a abrirse paso en el mercado de Sudáfrica (…) esto forzará reducciones de precios de productores sudafricanos".
Aunque esto beneficiaría a los consumidores, los economistas temen que presiones concomitantes polarizarán aún más la ubicación de la industria hacia Sudáfrica.
Pese a las críticas, el embajador de la Unión Europea en Sudáfrica, Iwan Fouere, sólo ve resultados positivos en el acuerdo. "Estamos creando una relación comercial con Sudáfrica que contribuirá al comercio de este país en la región", afirmó.
Fouere dijo a IPS este lunes que "la razón por la cual negociamos con Sudáfrica en lugar de SADC es porque algunos países de la región son miembros de la Convención de Lomé". (FIN/IPS/tra-en/lm/jm/lp/if/96