Las duras restricciones a la libertad de información implantadas por el antiguo régimen militar de Sierra Leona van siendo gradualmente levantadas por el nuevo gobierno que surgió de las elecciones realizadas en marzo de este año.
Antes de febrero de 1992, no existía en Sierra Leona más que una emisora de radio, la estatal Servicios de Radioemisión de Sierra Leona (SLBS), que salía al aire irregularmente y cada mes sufría desperfectos.
La primera emisora privada fue creada en aquella época, justo después de terminado el período de 20 años del régimen de partido único, que el entonces presidente Joseph Momoh dio por terminado, introduciendo el sistema democrático y pluralista.
Sin embargo, aquella radio fue pronto clausurada, y no fue sino hasta 1994 que se permitió nuevamente la instalación de la primera emisora privada, en onda FM. La autorización fue otorgada por el gobierno militar que se mantuvo en el poder desde abril de 1992 hasta marzo de 1996.
No obstante, el hecho de que sus emisiones no pudieran ser captadas en Freetown, el centro de la actividad política, no salvó a la radio FM de la dura mano del gobierno militar.
Cuando la emisora omitió tranmitir un discurso del presidente, capitán Valentine Strasser, de visita en su ciudad, su estación sufrió una clausura temporaria.
El régimen militar, sin embargo, no estableció normas permanentes en relación con el funcionamiento de emisoras de radio.
A partir de marzo de este año, el gobierno democrático dictó normas para el registro de nuevas emisoras, aunque el proceso de ese trámite aún carece de transparencia.
Los funcionarios del Ministerio de Información se negaron a dar detalles cuando fueron consultados por IPS. Sin embargo, fuentes de radios privadas que han cumplido el trámite confiaron que el costo del registro es de unos 800 dólares, y que algunas aprobaciones tardaron tres meses desde el día de presentación.
Mientras que los medios impresos son frecuentemente criticados por los ciudadanos del país, el público manifiesta una respuesta positiva ante las nuevas emisoras.
En un país donde 75 por ciento de la población es analfabeta, la importancia de la radio privada no puede ser desestimada, y ésta es precisamente una de las razones para que las emisoras no fueran permitidas bajo los anteriores regímenes autoritarios. (FIN/IPS/tra-en/lg/kb/arl/cr/96