Los cambios ocurridos en Argentina a partir de la salida de Domingo Cavallo del Ministerio de Economía pusieron de relieve en Uruguay su dependencia de la política económica de ese país y de Brasil, sus dos mayores socios en el Mercosur.
A comienzos de este mes el Banco Central de Uruguay dio a conocer datos sobre la evolución del nivel de actividad medido a través del índice de volumen físico del producto interno bruto (PIB), que en los 12 meses finalizados en marzo muestra una variación negativa de 2,8 por ciento.
De esos datos se desprende con claridad que la situación interna en Argentina y Brasil sacudió a Uruguay, ya que los dos socios mayoritarios del bloque subregional concentran casi la mitad del comercio.
Brasil adoptó medidas para reducir el consumo interno y mejorar las condiciones de competencia de la industria local retringiendo las importaciones. En Argentina, la crisis mexicana de 1994 obligó a adoptar medidas para diluir un riesgo generalizado en el sistema financiero.
El menor ingreso de capitales determinó dificultades para el financiamiento al sector público en Argentina y provocó severas medidas fiscales. De esa forma se acentuaron los efectos recesivos de la crisis mexicana, lo que hizo caer las ventas uruguayas hacia ese país en 1995 en casi 30 por ciento.
El proceso de concentración del comercio uruguayo en Argentina y Brasil se inició hace 23 años, con exportaciones que alcanzaron 12,5 por ciento del total, y se robusteció luego de comenzar las negociaciones del Mercosur, en 1991, para llegar al 47 por ciento actual.
El temor del gobierno y de los industriales uruguayos respecto a esa concentración siempre estuvo latente, pero se acentuó en las últimas semanas con la sustitución de Cavallo y declaraciones de expertos sobre la delicada situación de Brasil.
El paquete fiscal que lanzó el día 13 el sustituto de Cavallo, fue mal recibido internamente, pero bien recibido en Uruguay luego de alguna aprehensión originada en los sucedido en 1995.
Es que el paquete impositivo anunciado por el nuevo ministro de Economía, Roque Fernández, que busca enderezar la situación fiscal en Argentina aunque reduzca la demanda, fue mejor que una crisis cambiaria o financiera que muchos esperaban y hubiera producido un verdadero terremoto económico en Uruguay.
Pero también la rebaja dispuesta en Argentina de reintegros a las exportaciones en 10 puntos porcentuales hacen más competitivos loo productos manufacturados uruguayos y el aumento de combustibles, en particular del gasoil, equiparan el precio con los de Uruguay.
Guillermo Calvo, uno de los asesores de Fernández, dijo que la buena noticia para Uruguay sobre las medidas es que "los ajustes se están haciendo en un contexto de reactivación".
De esa reactivación interna también dependen en Uruguay miles de trabajadores y comerciantes, que durante la temporada de verano reciben en las playas del país a casi 1,5 millones de turistas argentinos.
Toda esta situación alertó al Banco Central de Uruguay sobre la necesidad de contar con asesores internacionales de primera línea que le permitan prever situaciones de emergencia en Argentina y Brasil, evitando las sorpresas.
Durante varios años, los economistas argentinos Ricardo Lopez Murphy, Ricardo Ariaza y Carlos Rodriguez estuvieron en Uruguay para esa tarea, bajo un contrato que cesó hace varios meses.
Ahora, impulsados por el resorte de la preocupación, los responsables de la entidad monetaria salieron nuevamente en su busca y también dirigen sus pasos hacia Brasil, dijeron a IPS fuentes oficiales.
Es que el pronóstico sobre el futuro de Brasil lanzado hace dos meses por el economista de Chicago Rudiger Dornbusch y profesor del Instituto Tecnológico de Massachisetts, volvió a repetirse esta semana.
Dornbusch dijo al diario Clarín de Buenos Aires que en Brasil puede ocurrir un colapso económico y que tal situación significaría una grave crisis para Argentina, por su dependencia del gigante de la región.
Si se considera que la esposa del economista, Eliane Cardozo, formó parte de los asesores del presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso los augurios adquieren mayor relieve.
"Tememos al riesgo de Brasil. Sus números fiscales no son muy buenos ni son muy malos, pero el Congreso no está apoyando las reformas de Cardoso. Si Brasil tiene algún problema grave vamos todos detrás", dijo al semario Búsqueda de Montevideo un miebro del equipo económico uruguayo. (FIN/IPS/rr/ag/if/96