El Banco Asiático de Desarrollo (AsDB), que ha sido duramente criticado por respaldar grandes proyectos de generación de energía en Indochina a lo largo del río Mekong, afirma que se necesitarán hasta 3.000 millones de dólares para detener la deforestación en el área en la próxima década.
La deforestación anual de la subregión del gran Mekong, la cual abarca partes de Birmania, Camboya, China, Laos, Tailandia y Vietnam, se estima en 500.000 hectáreas anuales, y en gran parte es resultado de la tala para el uso de la madera y la quema para la agricultura.
Otra amenaza al medio ambiente, según expertos ambientalistas, son los proyectos de desarrollo comerciales a gran escala y de represas hidroeléctricas que cuentan con el respaldo del Banco Asiático de Desarrollo.
Autoridades del AsDB insisten en que el banco está comprometido con la protección del ambiente y la mejora de las condiciones de vida de los pobres que viven a lo largo de los 4.800 kilómetros que recorre el Mekong.
Para destacar ese compromiso, el AsDB lanzó la semana pasada dos programas para reducir la pobreza en las tierras altas de la región del Gran Mekong, mediante "proyectos de inversión orientados a la acción", dijo Noritada Morita, director de programas de la institución financiera.
Los programas se proponen acciones de largo plazo para reducir la pobreza, rotar cultivos, detener la erosión del suelo y diversificar las cosechas con el fin de reducir el cultivo de drogas ilegales, anunció Morita.
La deforestación ya ha conducido a crecientes niveles de sedimentación en las porciones más bajas del sistema del Mekong, lo cual a su vez redujo la biodiversidad y algunas áreas como el lago Tonle Sap en Camboya.
El AsDB estima que la tala legal o ilegal, el cambio de cultivos y la invasión de la agricultura en áreas silvestres representan un tercio de la reducción anual de bosques naturales en el área.
El AsDB fijó como prioridad del proyecto a los agricultores migrantes que queman el bosque para plantar y no forman parte del mercado.
Se estima que unos 60 millones de personas viven en la pobreza en las tierras altas y el área de nacimiento del Mekong, y gran parte de ellas han dependido durante años del cultivo basado en la quema del bosque y la migración, dijo Morita.
Los programas también cubren la construcción de caminos, escuelas y centros de atención médica, para estimular a la gente a que permanezca en una misma área.
La iniciativa del AsDB se tomó tras repetidas advertencias de organizaciones no gubernamentales (ONG) según las cuales los grandes proyectos hidroeléctricos, el turismo y el comercio a lo largo del Mekong interrumpirían el flujo natural del gigantesco río y sus tributarios, impactando sobre el hábitat circundante.
Documentos del banco sobre el eje del Mekong presentan una lista de ocho proyectos multimillonarios prioritarios en el sector energético, seis de los cuales están relacionados de alguna manera a la energía hidroeléctrica.
Cuando el Banco realizó su reunión anual en su sede en Manila, en abril, observadores de ONG como Aviva Imhof de AIDWatch Australia, que supervisa temas de energía, cuestionaron la relevancia de proyectos de larga escala en una región donde la mayoría de la población depende de industrias de pequeña escala como la pesca.
Imhof se contó entre los firmantes de un carta enviada por ONG del Pacífico al presidente del AsDB, Mitsuo Sato, en la cual se argumentó que se ha hecho demasiado hincapié en la energía hidroeléctrica y apenas se mencionan las fuentes alternativas y de pequeña escala, a pesar de que están citadas en la propia política de energía del banco.
Los planes del AsDB amenazan a "50 millones de residentes e innumerable biota del río y las llanuras inundables que dependen del ciclo anual de inundaciones y sequías del río".
Pero las autoridades del banco no han intentado evaluar el impacto acumulativo de estas represas en la región del Mekong, añadió la carta.
En una evidente respuesta a las preocupaciones ambientales, el gerente de la división ambiental del AsDB, Bindhu Lohani, dijo a la prensa en Bangkok la semana pasada que el banco asignará 40 por ciento de sus inversiones anuales, o 2.240 millones de dólares al año, "a proyectos con metas ambientales y sociales". (FIN/IPS/tra-en/rc-tg-js/cpg/lp/en-dv/96