El acuerdo entre el gobierno de Estados Unidos y las cadenas de televisión para que transmitan al menos tres horas semanales de programación educativa para los niños podría tener efectos positivos en la televisión del Sur en desarrollo, se estima en Venezuela.
Lo mejor de la medida es el precedente que crea, pues reforzará los argumentos que emplean decenas de movimientos de la sociedad civil por una televisión menos destructiva, opinaron varios expertos en comunicación consultados por IPS.
"Hasta ahora los movimientos de la sociedad civil hemos logrado avances muy pequeños en la tarea de sensibilizar a los dueños de las televisoras, aunque seguimos luchando", dijo la ingeniera Ramona Febres en Valencia, a 158 kilómetros de Caracas.
Ella y un grupo de madres y padres, organizaron en 1995 el movimiento "Por una Venezuela Digna" con miras a lograr cambios en la programación televisiva, especialmente en el horario en que debería estar dedicado a la difusión de programas para niños.
Su movimiento ha recogido decenas de miles de firmas para pedir a los ejecutivos de las televisoras y al gobierno venezolano que destierren la violencia y la pornografía de la televisión. También organiza charlas en los colegios sobre percepción crítica de los medios de comunicación.
En una iniciativa original, han promovido en dos ocasiones lo que llaman una "parada televisiva": que la ciudadanía apague la televisión durante varias horas en coincidencia con el Día del Niño y salga a protestar a las calles llevando prendas de vestir blancas, lo que ha tenido eco en su ciudad.
Los dos paros televisivos, en julio del año pasado y en este, han sido reseñados ampliamente por la prensa y han recibido apoyo de las radiodifusoras, los establecimientos educativos y otras instancias de la sociedad, incluso en la capital del país.
"Pero los dueños de las televisoras no nos hacen todavía mucho caso. Esta es una larga lucha", dijo la odontóloga Isabel Franco, otra de las dirigentas del movimiento.
Por su parte, la abogada Beatriz Montiel, también de la coordinación del movimiento, reseño uno de sus triunfos: que una telenovela con trama erótica programada para las 2 de la tarde fuera pasada a las 10 de la noche y se recortaran las escenas más chocantes.
"El principal resorte fue lograr que dos anunciantes retiraran su propaganda de la telenovela", dijo la abogada.
"Eso sí es efectivo, pues los programadores de la televisión sienten que no son omnipotentes. Para los anunciantes es importante no poner en riesgo su imagen al asociarla con una telenovela cuestionada", acotó Montiel.
Rafael Roncagliolo, experto peruano en comunicación audiovisual, que se halla en Caracas en una misión de la UNESCO, dijo que "probablemente este es el movimiento cívico de participación crítica de audiencias más interesante que se ha dado recientemente en América Latina".
A su vez, Virgilio Caballero, organizador de varios canales regionales en México, opinó que se trata de un gran inicio de la organización civil para enfrentar algunas de las deformaciones que la televisión impone.
"Pero habría que ir aún más adelante, promoviendo el boicoteo del consumo de producto que se anuncien por la televisión cuando respalden programas destructivos. Eso sí les dolerá", comentó Caballero.
El acuerdo con las cadenas ABC, NBC, CBS y FOX de Estados Unidos fue anunciado el lunes por el presidente Bill Clinton como producto de una larga negociación, pues las televisoras habían amenazado demandar por inconstitucional la imposición de cuotas educativas en televisión.
La Asociación Nacional de Televisión (NAB, por sus siglas en inglés), que agrupa a las cadenas, declaró que no demandará las cuotas, ahora que se ha llegado a un acuerdo.
La NAB se había venido oponiendo a los intentos del gobierno y el Congreso norteamericano de obligar a las cadenas a cualquier tipo de cambios en su programación, propuestas por la Comisión Federal de Comunicaciónes, el organismo regulador del espectro radio-eléctrico en Estados Unidos.
La oposición de la NAB se debilitó cuando vio que, en el ambiente preelectoral norteamericano, era posible que se aprobara legislación más restrictiva, opinó el ecuatoriano Gonzalo Ortiz, también consultor de la UNESCO.
"Finalmente, algunas de las series educativas que produzcan las cadenas norteamericanas llegarán a los canales latinoamericanos, que se nutren en gran porcentaje de programación importada, lo que también redundará en beneficio de la audiencia local", dijo Ortiz.
Roncagliolo y los otros expertos destacaron, sin embargo, que lo principal es el ejemplo para que las cadenas privadas latinoamericanas hagan coincidencia de su responsabilidad en la educación de los niños y jóvenes.
Movimientos similares a los de las madres de la ciudad venezolana de Valencia existen en otros países latinoamericanos.
"Es parte de los nuevos procesos políticos, que asumen causas de la sociedad civil descuidadas por los partidos políticos", comentó Roncagliolo. (FIN/IPS/goc/ag/cr/96