BRASIL: Sin Tierra niegan radicalización

El Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST) de Brasil negó hoy una radicalización de sus acciones, desmintiendo noticias de que pasaría a ocupar predios productivos cuyos propietarios no pagan deudas al estatal Banco do Brasil.

La orientación del MST de ocupar únicamente haciendas improductivas no se ha modificado, aclaró Neuri Rosseto, miembro de la coordinación nacional.

Respecto a las tierras en posesión de deudores sólo serían ocupadas aquellas que estén en estado de abandono total, señaló.

El líder del MST, Joao Pedro Stedile, lamentó la alarma provocada por la prensa, destacando que los "sin tierra" decidieron invadir 300 predios confiscados por el Banco do Brasil a hacendados que no restituyeron los préstamos que les fueron concedidos.

Tanto el presidente Fernando Henrique Cardoso como el ministro de Reforma Agraria Raúl Jungman reaccionaron afirmando que esa actitud no ayudará al proceso de distribución de tierras sino que lo perjudicará.

El ministro de Justicia, Nelson Jobim, anunció por su parte medidas legales y policiales para evitar tales acciones.

Este lunes el Consejo de la Comunidad Solidaria mantuvo en Brasilia una reunioón "muy positiva" con el fin de discutir acerca de la aceleración de la reforma agraria, explicó Stedile.

El Consejo, creado por el gobierno para impulsar programas sociales, es presidido por Ruth Cardoso, esposa del jefe de Estado, lo componen representantes de distintos sectores de la sociedad y del gobierno.

En el debate se llegó a consenso sobre algunas de las 32 propuestas presentadas, incluso con respaldo de los hacendados, destacó el líder del MST.

Respecto a las tierras en manos del Banco do Brasil se buscaron formas de acelerar su expropiación para el estableciemiento de asentamientos, señaló. La lentitud del proceso estimula las ocupaciones, ya que confirma la tesis de que sin presión no hay avances, consideró Stedile.

La reunión de Comunidad Solidaria comprobó la existencia de un consenso sobre la necesidad de acelerar la reforma agraria mediante la aprobación de leyes, el cobro efectivo de impuestos a propiedades rurales improductivas, expropiaciones y asentamientos más rápidos, añadió.

Actualmente hay 44.000 familias sin tierra viviendo en campamentos precarios a la espera de un asentamiento, contra 17.000 hace poco menos de un año, indicó Rosseto.

Ese aumento se explica por los sucesivos anuncios gubernamentales de medidas relacionadas con la reforma agraria que luego no se cumplen, observó el dirigente.

Los 300 predios que el Banco do Brasil cedería para la reforma agraria constituyen un estímulo a los campamentos, añadió.

El Ejército y la Iglesia Católica donaron a su vez extensiones de tierras para asentar a los campesinos. Las áreas militares son vastas pero ubicadas en zonas alejadas y en bosques protegidos, mientras las cedidas por la Iglesia son pequeñas.

El Instituto oficial de Reforma Agraria anunció que asentó a unas 20.000 familias campesinas durante el primer semestre de este año.

Rosseto indicó no obstante que ello no se produjo en las áreas de mayor concentración de campesinos sin tierra.

La meta del gobierno es asentar a unas 60.000 familias antes de fines de año.

"La presión social es mucho mayor que la capacidad del gobierno para promover la reforma agraria prometida", sentenció Rosseto.

Los reclamos, destacó, no provienen sólo del MST sino de toda la sociedad, pero las alianzas políticas y las resistencias parlamentarias atan al gobierno. (FIN/IPS/mo/dg/ip-pr/96

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