La gira por América Latina del primer ministro de Japón, Ryutaro Hashimoto, expresa una renovación en los vínculos de la principal potencia económica del Asia-Pacífico con la región, dijo hoy un alto funcionario del gobierno chileno.
José Tomás Letelier, director del Programa Asia-Pacífico del Ministerio de Relaciones Exteriores, dijo que el presidente Eduardo Frei abordará con Hashimoto tanto la agenda bilateral como la renovada relación Japón-América Latina.
El primer ministro nipón, quien inició su periplo regional el martes en México, llegará en la noche de este jueves a Chile, en la segunda etapa de su gira, que incluye también a Brasil, Perú y Costa Rica.
"Bajo todo punto de vista, la visita del primer ministro es muy positiva", dijo Letelier, destacando como punto central la 2reunión de trabajo de una hora y media que Frei y Hashimoto encabezarán el viernes en el palacio de gobierno de La Moneda.
Por sobre los aspectos protocolares, ambos gobiernos están interesados en profundizar en los temas políticos y económicos durante la visita del gobernante japonés, quien abandonará territorio chileno en las primeras horas del sábado.
Se prevé que en esta gira Hashimoto buscará fortalecer las aspiraciones de Japón de ingresar como miembro permanente a un reestructurado Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas, posición en que cuenta con el apoyo chileno.
Para la proyección japonesa dentro del escenario mundial de la post Guerra Fría, Hashimoto necesita renovar los vínculos con América Latina, que hasta la fecha han tenido como eje el comercio, considerando también los cambios en la región.
En medios diplomáticos de esta capital se estima que Tokio valora la progresiva reactivación económica y estabilidad política de América Latina y el Caribe, pero que también observa con reservas las tendencias continentales de la integración.
Japón albergaría temores ante la posibilidad de que la futura Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y los actuales acuerdos subregionales, como el Mercado Común del Sur (Mercosur), evolucionen hacia formas de proteccionismo colectivo.
El ejemplo de la "fortaleza" que caracterizó a la Unión Europea podría reproducirse en América si se opta por mantener la creación de uniones aduaneras con bajos aranceles internos y altos gravámenes arancelarios para las relaciones con terceros.
Japón, con más de 125 millones de habitantes en un territorio de 377.835 kilómetros cuadrados, tiene sólo tres millones de población rural, y necesita por tanto abastecimientos regulares de alimentos y de materias primas para su industria.
El sudeste asiático es el área natural de influencia japonesa para su proyección económica estratégica, pero en ese escenario de creciente industrialización es insuficiente para Tokio que está obligado a ganar presencia también en otras regiones.
En la medida de que América Latina vuelve a ser una de las regiones de mayor dinamismo en el mundo, el gobierno de Hashimoto tendrá que buscar aquí formas de ampliar relaciones e impedir el posible surgimiento de barreras proteccionistas en su contra.
En medios diplomáticos se estima que el mejor argumento de los samuráis japoneses para esos efectos está en el revalorizado yen, en aumentar sus inversiones en esta región, concentradas sobre todo en México y Brasil.
Mediante una ofensiva inversora, Japón podría no sólo consolidar relaciones económicas en la región, sino también mejorar una imagen cuestionada en América del Sur por la caza de ballenas y sus embarques de plutonio radiactivo.
Chile aspira a ser un buen receptor de inversiones japonesas con su asociación al Mercosur, que le permitirá ampliar a un mercado de más de 200 millones de consumidores proyectos que hasta ahora se dirigían a un ámbito nacional de sólo 14 millones.
Chile, por su ubicación geográfica de cara al Pacífico, es también "la puerta" tanto para el ingreso de productos nipones al Mercosur, como para multiplicar los envíos comerciales del bloque sudamericano hacia Japón en un esquema de libre comercio.
México y Chile, primeras etapas en la gira de Hashimoto, son los únicos latinoamericanos miembros del foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC en inglés), que reúne a 18 países de Asia, Oceanía, la Polinesia y América.
APEC aspira a constituirse en los primeros años del próximo milenio en una gran zona de libre comercio, objetivo que opera a favor de Japón como un argumento de contrapeso para eventuales tentaciones futuras de proteccionismo en el ALCA.
Estados Unidos y Canadá, son también miembros de APEC, que en noviembre de 1994 admitió a Chile como su miembro número 18 y que mantiene en moratoria desde entonces los nuevos ingresos, postergando solicitudes de unos 10 países.
Entre los aspirantes a ingresar a este foro están Colombia y Perú, así como Rusia, India, Pakistán y Vietnam, y este año deberá resolverse sobre el levantamiento o continuidad de la moratoria de nuevos ingresos.
El futuro de la cuenca del Pacífico, considerada el gran espacio económico-comercial del siglo XXI, estará sin duda en el temario de la prolongada reunión de trabajo que Frei y Hashimoto sostendrán este viernes en Santiago. (FIN/IPS/ggr/dg/if-ip/96