/AMBIENTE/: Científicos alertan sobre pérdida de riqueza ictícola

Un grupo de científicos reunido esta semana en Washington recurrió a la matemática más simple para defender el uso prudente de los océanos: un pez espada vivo, es por lo menos mil veces más valioso para el hombre que uno muerto.

La bióloga y exploradora de fondos marinos, Sylvia Earle, recordó estudios realizados en Bahamas sobre la pesca comercial japonesa, según los cuales un pez espada capturado y liberado repetidamente puede aportar al deporte de la pesca 27.000 dólares, pero su valor en el mercado es de sólo 20 dólares.

"Un pez es visto como un producto comercial básico, y los océanos como supermercados", protestó Earle, que fue científica en el área de recursos marinos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, una agencia federal de Estados Unidos.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación ha advertido que la pesca se encuentra en declinación en todo el mundo, debido a la superexplotación de prácticamente todas las especies ictícolas comerciales, que han sido "totalmente explotadas" o "diezmadas".

Las especies ictícolas son capturadas a una velocidad mayor que su ritmo de reproducción. En la cuarta parte de las regiones pesqueras, las capturas han mermado más de 30 por ciento, según el Instituto Worldwatch, sito en Washington.

Sin embargo, de acuerdo con Peter Weber, miembro del Instituto, "los pescadores podrían incrementar sus capturas en 20 millones de toneladas -25 por ciento de las actuales- si dejaran regenerar la población ictícola".

Worldwatch también ha calculado que más de 100.000 pescadores han perdido sus empleos en los últimos años a causa de la merma en las capturas. La disminución de los recursos de pesca ha hecho más dura la competencia, e incluso ha provocado conflictos internacionales.

Algunas de las tiranteces provocadas por la limitación de los recursos han provocado el choque de los intereses pesqueros de Canadá con los de Estados Unidos. También se han enfrentado España con Canadá, Noruega con Islandia, y Argentina con Taiwan.

Además de la superexplotación, la contaminación producida por las descargas de petróleo y otras sustancias químicas ha causado un fuerte daño a la población ictícola de los océanos.

Las regiones costeras son especialmente afectadas por la contaminación. Aproximadamente 90 por ciento de la pesca mundial se realiza en el tercio de los océanos cercano a las costas.

La supervivencia de las especies también se ve amenazada por métodos de pesca no tradicionales, entre los que se conocen el uso de satélites, sonar, luces de gran intensidad y cianuro, que son usados para atontar temporariamente a los peces. (FIN/IPS/tra-en/ma/yjc/arl/en/96

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