ZIMBABWE: Esperando el verdugo…

Para aquellos que desean la abolición de la pena de muerte, la respuesta de Emmerson Mnangawa, el ministro de Asuntos Judiciales, Legales y Parlamentarios de Zimbabwe, es sencillamente "no".

A pesar de los ruegos de congregaciones eclesiásticas y apelaciones de grupos cívicos para acabar con la pena capital, Mnangawa ha seguido adelante y ha invitado que se postulen para cubrir el puesto de verdugo, el cual ha estado vacante desde marzo debido al fallecimiento del único ejecutor de Zimbabwe.

El último verdugo ejerció su drástica función desde 1982.

"He recibido numerosas solicitudes desde el exterior pero muy pocas de Zimbabwe", declaró Mnangawa el lunes, tras una inspección a la Prisión Central de Harare.

Elizabeth Feltoe, directora de la Comisión Católica de Justicia y Paz (CCJP) en Zimbabwe, consideró las declaraciones del funcionario como una réplica a la posicion de su entidad sobre la pena capital.

"El hecho que muy pocos ciudadanos de Zimbabwe se hayan postulado para el cargo, significa que no muchos connacionales desean la pena de muerte", dijo Feltoe a IPS. "Es un buen signo que hayan sido escasos. Muestra que hay gente que no quiere tomar la vida de una persona para cobrarse la muerte de otra".

Otra agencia humanitaria, Zimrights, tambien se opone a la pena de muerte, afirmó su director David Chimhini.

"Deploramos que una persona sea ahorcada, cualquiera sea el motivo", dijo. "Nadie tiene el derecho de tomar la vida de otro ser humano. Condenamos el asesinato de una persona pero tambien que se mate como castigo al homicida. No es un factor de disuasión. Para nosotros, la cadena perpetua es mucho más eficaz".

La pena capital es obligatoria aquí solo en casos de asesinato sin circunstancias atenuantes.

La emotividad aumenta cada vez que se discute sobre la pena de muerte en Zimbabwe. Para algunos, es bárbaro e inhumano, pero otros consideran que debe ser mantenida.

"Hay un claro respaldo entre la gente para que continúe la pena de muerte", expresó un comentario en el semioficialista "The Herald", uno de los dos diarios del país. "No es inhumano sino el castigo final, un factor de disuasión para otros que podrían sufrir idéntica pena".

"Esos peligrosos indeseables merecen ser eliminados de la faz de la tierra para siempre", continuó.

Un alto funcionario gubernamental fue citado recientemente por la agencia estatal de noticias Zimbabwe Inter-Africa (ZIANA), cuando dijo que el ejecutivo está convencido que muchos connacionales están en favor de las ejecuciones.

La Comisión Católica Justicia y Paz, en cambio, viene abogando por la abolición de la pena de muerte desde que fue creada en 1972.

"Tomar una vida humana no compensa la pérdida de otra, sino solo agrega violencia a la violencia. Hasta ahora, ningun estudio demostró el efecto disuasivo de la pena capital", apuntó CCJP.

"La Comisión cree que la imposición de la pena de muerte es deshumanizante y degradante tanto para los ejecutores como para el ejecutado", añadió.

"Por lo tanto, la Comisión solicita al Presidente (Robert Mugabe) de conmutar todas las sentencias de muerte por prisión perpetua, hasta que la pena capital haya sido quitada de nuestra legislación", expresó.

Muchos de los 110 prisioneros que aguardan en el pabellón de la muerte, han estado en esa situación durante años. La ejecución más reciente tuvo lugar a fines de 1995. Antes de eso, nadie habia sido ahorcado desde 1988.

Hace dos años, la Suprema Corte dictaminó que "es degradante e inconstitucional demorar la ejecución de presos condenados". Esto podría haber conducido tanto a acelerar el castigo como abolirlo.

No pasó nada. La constitución fue enmendada luego para hacer legales esas postergaciones. (FIN/IPS/tra-en/lm/kb/ego/hd-ip).

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