Una huelga de profesores universitarios que ya lleva cuatro meses mantiene desocupados a los estudiantes, confusos a sus padres y en permanente enfrentamiento al gobierno y al sindicato de los huelguistas.
El conflicto llegó a un punto culminante esta semana, cuando más de 60 por ciento del personal académico de la Universidad Federal de Lagos votó por la continuación de la huelga, en un referéndum sin precedentes.
La huelga comenzó el 9 de abril a instancias del ahora disuelto Sindicato del Personal Académico Universitario (ASUU).
"El referéndum se volvió imperativo después de la falsa declaración hecha por las autoridades universitarias diciendo que nosotros habíamos decidido volver al trabajo", dijo a IPS una profesora.
El Consejo Directivo de la Universidad había llamado a los estudiantes a regresar a las aulas, pero el personal académico se apresuró a enviarles de nuevo a casa.
La profesora, miembro del personal de la Facultad de Educación, informó que tomaron parte en el referéndum 408 profesores, lo que representa más de 80 por ciento del total de los dos campus de la Universidad.
"Esto es lo que está ocurriendo en otras universidades donde los Consejos se atrevieron a convocar a los estudiantes sin haber tomado ninguna resolución en relación con los motivos que nos han llevado a la huelga", añadió la profesora, que no quiso ser identificada.
Las razones de la detención del trabajo son antiguas, de hecho las mismas que ASUU esgrimió cuando declaró un conflicto en 1980: mejores condiciones laborales, autonomía universitaria y mejoras en las ruinosas instalaciones de las 38 instituciones de altos estudios del país.
Aquel conflicto llevó a la creación de una Comisión Presidencial de Salarios y Condiciones de Trabajo, que puso en aplicación la actual escala salarial. Los catedráticos, por ejemplo, ganan el equivalente de sólo 100 dólares por mes.
La huelga actual ha puesto sobre la mesa de negociaciones una tabla salarial que va de un mínimo de 400 a un máximo de 2.000 dólares.
El gobierno respondió el 15 de mayo disolviendo al sindicato de los académicos, con lo cual empeoró una situación de bloqueo que afecta a más de 250.000 estudiantes. La huelga también ha retrasado la admisión de nuevos estudiantes.
ASUU sostuvo que el gobierno no cumplió un acuerdo de 1992 en el que aceptó la revisión periódica de salarios y la entrega de fondos especiales a las universidades. (FIN/IPS/tra-en/ro/pam/arl/ed/96)
