Un año después de ocurridos los hechos, el ejército holandés no ha conseguido aún sacudirse el peso de la acusación caída sobre sus tropas por no haber protegido a los pobladores musulmanes de la "zona de seguridad" de la ONU en Srebrenica, de la matanza perpetrada por los serbios bosnios.
Pese a que un informe del gobierno holandés llegó en octubre del año pasado a la conclusión de que el enclave de Srebrenica cayó en manos de los serbios bosnios cuando se produjo el colapso de la presencia de los cascos azules en Bosnia y que las tropas holandesas, con sus armas ligeras, no pueden ser culpadas, la acusación contra los efectivos de este país sigue pendiente.
"Como una unidad (la fuerza holandesa) no se distinguió por su heroísmo", comentó el influyente diario Algemeen Dagblad en un editorial publicado esta semana. "La humillación que estos cascos azules sufrieron a manos de los serbios bosnios les perseguirá por largo tiempo".
Cientos de refugiados bosnios y ciudadanos holandeses marcharon el mismo día en silencio por las calles de La Haya para conmemorar la muerte de miles de personas después que el enclave de Srebrenica cayó en manos de los rebeldes serbobosnios.
El ministro de Cooperación para el Desarrollo, Jan Pronk, calificó de "genocidio" a la caída de Srebrenica, y el Tribunal de las Naciones Unidas para Crímenes de Guerra lanzó al mundo entero una petición de captura contra el líder serbobosnio Radovan Karadzic y su jefe militar, general Ratko Mladic.
Uno de los jueces miembros del Tribunal dijo que lo ocurrido tras la caída de Srebrenica mostró "escenas verdaderamente infernales, que quedarán escritas en las más oscuras páginas de la historia humana".
Los asesinatos secretos fueron una nota frecuente en la guerra de la ex Yugoslavia, según la organización humanitaria Amnistía Internacional. Pero la opinión de mucha gente en este país entiende que los efectivos del contingente holandés se limitaron a cerrar los ojos ante esta acción de los serbios bosnios.
Los rebeldes serbobosnios rodearon y mataron entre 3.000 y 9.000 hombres en edad de combatir, incluyendo sin duda a muchos civiles y a soldados con derecho a ser protegidos como prisioneros de guerra.
El ex investigador especial de Naciones Unidas sobre derechos humanos, Tadeusz Mazowiecki, declaró en octubre al diario holandés NRC Handelsblad, que las tropas holandesas encargadas de defender a los musulmanes tienen que haber sabido lo que iba a pasar cuando los serbios separaron a los hombres de sus familias.
Mazowiecki dijo que él recibió numerosas y "muy serias" acusaciones en relación con el comportamiento de los soldados holandeses, y acusó al ministro de Defensa holandés de no haber cooperado como debía en la investigación ordenada posteriormente. (FIN/IPS/tra-en/mom/rj/arl/ip/95
