El estado de preemergencia ambiental, decretado el viernes en la capital de Chile, se prolongó hoy y se mantendría hasta este domingo, siendo la primera vez que se aplica la medida durante un fin de semana desde 1993.
La restricción al tránsito de automotores, que se ejerce entre abril y diciembre de lunes a viernes, se extendió a este sábado y se ampliaría al domingo, así como la paralización de 157 fuentes fijas contaminantes, principalmente industrias fabriles.
Las condiciones climáticas que afectan a esta urbe de casi cinco millones de habitantes, sin lluvias ni vientos en los últimos seis días, posibilitaron el fenómeno de la inversión térmica, típico de esta época invernal.
Se trata del estacionamiento de una suerte de "techo" sobre la capital, que impide la diseminación de las partículas de polvos y gases contaminantes, deteriorando aceleradamente los índices de calidad del aire.
La preemergencia fue decretada luego de que el jueves se registrara en una de las estaciones de medición una tasa que bordeó las 400 partículas por metro cúbico de aire, nivel calificado de peligroso para la salud humana.
Con las medidas aplicadas el viernes, el índice se redujo a alrededor de 310, pero se mantuvo sobre la cota de 300, que es la que determina el estado de preemergencia de acuerdo a las normas ambientales que se aplican en Santiago.
Durante el viernes, las autoridades iniciaron acciones legales contra tres industrias que no acataron la orden de paralizar actividades contaminantes y dispsuieron el retiro de 78 buses y siete camiones por altas emisiones de humos.
Santiago está considerada una de las tres urbes más contaminadas de América Latina, junto a Ciudad de México y Sao Paulo, y el deterioro de la calidad del aire es particularmente intenso en los meses de junio y julio.
Durante junio la capital vivió también, a partir del lunes 10, tres días sucesivos de preemergencia ambiental, pero una situación similar en un fin de semana no se vivía desde 1993. (FIN/IPS/ggr/dg/en/96
