Los productores de banano del Caribe especulan con aprensión sobre el resultado de la estación de los huracanes y el efecto de acuerdos comerciales posiblemente desmantelados.
Nuevos acuerdos que eliminen el tratamiento preferencial para el banano colocado en el mercado de la Unión Europea (UE) podrían provocar el colapso final de la industria, pilar económico de muchos pequeños estados de la región.
La reciente respuesta del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, a la solicitud del primer ministro de Jamaica, Percival Patterson, de poner fin a la oposición de Washington y sus aliados centroamericanos a las preferencias comerciales con territorios de Africa, el Caribe y el Pacífico (ACP) bajo el acuerdo de Lomé, no ha aliviado las preocupaciones.
Tras años de debate, la UE acordó en 1993 que los países de ACP recibirían una cuota anual libre de impuestos de 875.000 toneladas anuales para el mercado europeo. El banano de América Latina puede alcanzar 2,1 millones de toneladas.
Washington sostiene que el régimen europeo favorece a los exportadores de ACP, ex colonias europeas, por sobre los productos latinoamericanos.
Pero no todo está perdido, según autoridades. Los 14 países de la Comunidad del Caribe (Caricom) aprobaron planes para una reunión entre productores centroamericanos y caribeños, a realizarse en octubre en Belice.
La reunión es promovida a nivel centroamericano por el ex presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz en 1987, Oscar Arias.
Ecuador, Guatemala, Honduras y México se sumaron a Estados Unidos para luchar contra el protocolo del banano bajo el IV acuerdo de Lomé mediante una objeción de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
La situación ha sido descrita por Patterson, quien coordina las relaciones exteriores de Caricom, como "potencialmente desastrosa" no sólo para los prolíficos productores de las Islas de Barlovento, Belice, Jamaica, y Suriname, sino también para los miembros no productores de banano de Caricom.
Como respuesta directa a la presión de Estados Unidos y América Central, el Comité de Gestión del Banano de la UE aumentó la cuota en dólares para el último trimestre de 1996 de 2,2 a 2,55 millones de toneladas.
La medida, según analistas, tendrá un impacto negativo en los precios que ya están bajo presión.
El primer ministro de Dominica, Edison James, dijo que la cuestión continúa siendo una grave preocupación para la región, mientras el jefe de gobierno de Belice, Manuel Esquivel, cree que el próximo diálogo será útil.
Caricom ha realizado varios esfuerzos de defensa de sus intereses. Entre ellos, intentó que el Comité de Gestión del Banano de la UE elimine el principio de las cuotas por país, lo cual implicaría la suspensión del Acuerdo Marco con los cuatro productores latinoamericanos.
Durante la cumbre de Caricom de la semana pasada en Barbados, el jefe de gobierno de Santa Lucía, Vaughan Lewis, participó en discusiones con el senador de Florida Bob Graham, con delegados de la UE y con autoridades mexicanas.
Los mexicanos han demostrado cierto interés en promover acuerdos cooperativos de promoción del desarrollo con Caricom, sostuvo Lewis.
La posición de Estados Unidos sobre el protocolo del banano se basa en que el Caribe debe explorar alternativas a lo que Clinton describe como "regulaciones discriminatorias e innecesariamente restrictivas" del régimen de la UE.
Clinton ha dicho que su gobierno está dispuesto a reunirse informalmente con países del Caribe "para buscar alternativas mutuamente aceptables", aunque James afirma que Estados Unidos no plantea alternativas que no perjudiquen al Caribe. (FIN/IPS/tra-en/wg/cb/lp