Para los estudiantes secundarios de Camerún que habían decidido dar sus exámenes de fin de año en la República Centroafricana (CAR), el año escolástico 1995-1996 terminó en un desastre.
Muchos de los alumnos figuraban entre los miles de camerunenses repatriados por su gobierno cuando se produjo en mayo un amotinamiento de soldados en Bangui. Sin embargo las vicisitudes comenzaron un mes antes y todavía continúan para los jóvenes.
Desde hace una década, la CAR ha sido una ruta de escape para miles de jóvenes que fracasaron en una prueba obligatoria que todos los estudiantes camerunianos deben rendir tras seis años de enseñanza secundaria antes poder acceder al "bacalaureado" (nivel superior) en su país.
La gran afluencia llevó a las autoridades de la CAR a imponer altos aranceles a los estudiantes camerunenses que pretendian bacalaurearse. "Nos cobran 35.000 francos CFA por derechos de examen contra los 2.000 CFA para estudiantes de la República Centroafricana y otros estranjeros", declaró Innocent Kouoh, uno de los estudiantes repatriados en mayo.
Una red de hombres de negocios de Camerún y autoridades de alta enseñanza en ambos países tambien obtuvo beneficios empresarios de la CAR.
Las autoridades escolásticas crearon aquí cursos especiales para estudiantes que fracasaron en la prueba de examen previa para prepararlos a que pudieran bacalaurearse en la CAR. Funcionarios de colegios secundarios en Bangui registraron a los estudiantes para el examen como si fueran enrolados en escuelas en ese país. Intermediarios de Camerún sirvieron de nexo.
De este modo, mientras algunos estudiantes ya cursaron su año final de secundaria en Bangui, otros simplemente concurrieron al lugar para rendir el examen de nivel avanzado. Como resultado, cerca de 1.000 de los 1.500 alumnos registrados en el último año de secundaria en Bangui en 1995 fueron camerunenses.
Sin embargo, este año las cosas se deterioraron. Al darse cuenta de que cientos de jóvenes camerunenses estaban falsamente registrados para ser bacalaureados en la CAR, las autoridades en Bangui decidieron poner freno a la irregularidad, segun Kouoh, quien viajó a Bangui en octubre, tras fracasar la prueba de examen previo en julio pasado.
"A fín de abril, el director de exámenes en la CAR emitió una circular a todos los profesores titulares, manifestando que todos los camerunenses que no tuvieran diploma de examen preliminar no podían rendir la prueba final", contó Kuouh.
Los padres de los jóvenes camerunenses afectados se apresuraron a formar una asociación y presionaron a las autoridades de los dos países para que resolvieran el problema.
El resultado fue una reunión entre representantes de la asociación, el ministro camerunense de Educación, Robert Mbella Mbappe y el embajador de la CAR.
No obstante, el embajador insistió que solo los hijos de diplomáticos y aquellos estudiantes que cursaron tanto seis años como siete en colegios secundarios en Bangui podrán rendir el examen de nivel superior.
El motín militar impidió negociaciones posteriores y los estudiantes, algunos de los cuales habían permanecido en Bangui mientras sus padres trataban que las autoridades de la CAR cambiaran de idea, debieron regresar a sus casas.
Ante la perspectiva de perder el año escolástico, apelaron al gobierno de Camerún para que viniera en su ayuda.
"Enviamos una carta al jefe del Estado explicándole el problema", explicó Rene Ngoue, vicepresidente de la Asociación de Estudiantes Camerunenses en la CAR, poco despues de la repatriación.
Posteriormente, el Ministerio de Educación aceptó dar permiso a los estudiantes para que rindieran el examen en Camerún y les dió tres días de tiempo para inscribirse porque la fecha de registro para la prueba ya había vencido.
No obstante, solo 200 estudiantes estuvieron en condiciones de hacerlo. Los demás cayeron en la misma trampa de que fueron víctimas la primera vez: como no pasaron la prueba de examen preliminar en Camerún, no pueden aceder tampoco al nivel superior.
Ahora que la opción de la CAR quedó cerrada, los padres de los estudiantes afectados están pensando en otras capitales africanas francófonas como Dakar, Abidjan, Cotonou y Ouagadougou. (FIN/IPS/tra-en/et/kb/ego/ed).
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