América Latina no adolece de falta de recursos para combatir la pobreza sino que despilfarra ese dinero, indica un informe de la conferencia sobre Desarrollo en América Latina y el Caribe organizada en Colombia por el Banco Mundial.
Si los países del área no logran resolver los problemas de la desigualdad social y la pobreza rápidamente, el proceso de modernización económica conducido desde comienzos de la década "corre peligro", planteó Shahid Javed Burki, vicepresidente del organismo multilateral para América Latina y el Caribe.
Los líderes regionales deben por un lado desmantelar las estructuras tradicionales del Estado, caracterizadas por el populismo y la corrupción, y por otro mantener la estabilidad macroeconómica e inventar un Estado moderno y eficiente, consideró.
El informe del Banco Mundial estimaa que unos 165 millones de personas viven en condiciones de pobreza en la región y el 20 por ciento más pobre de la población recibe sólo cuatro por ciento del producto interno bruto.
Según Javed, se debe tender a que, paralelamente a la profundización de las reformas económicas, los ciudadanos participen más activamente en el desarrollo económico.
Las "reformas de primera generación" se ocuparon sobre todo de reducir la inflación, pero ahora hay que aplicar las de "segunda generación", destinadas a mejorar las condiciones de vida de los sectores más desfavorecidos, ampliando el acceso a la salud y la educación y reduciendo la concentración del ingreso, señala.
Para ello es "indispensable derrotar a los intereses creados que derivan su sustento de la ineficiencia de los servicios básicos. Es necesario despojar a los grupos populistas del manejo de las instituciones encargadas de brindar estos servicios", observa.
Sólo así será posible reducir "el desperdicio de recursos", concluye el informe. (FIN/IPS/amg/dg/ip-if-pr/96)
