El control del recalentamiento del planeta puede abaratarse si las empresas de países industrializados son reconocidas por sus esfuerzos contra la contaminación en el mundo en desarrollo, según investigadores canadienses e indios.
Un informe elaborado en conjunto por el Instituto Norte-Sur de Ottawa y el Instituto Indira Gandhi de Investigación para el Desarrollo (IGIDR) de Bombay, propone "instrumentos económicos" de control de las emisiones mundiales de dióxido de carbono, uno de los gases causantes del efecto invernadero.
El recalentamiento planetario es un problema de largo plazo, y aunque el Norte libera más gases invernadero que el Sur, la tendencia se revertirá en los próximos 10 años, señaló Andrew Clark, investigador del Instituto Norte-Sur.
América Latina y Asia intensificarán las presiones de la contaminación sobre la atmósfera debido a la rápida industrialización que se pronostica tendrá lugar en esos continentes.
Los científicos presentaron un plan de dos etapas bajo el cual los países industrializados impondrían restricciones domésticas a las emisiones de gases contaminantes.
En segundo término, un sistema de "licencias de emisión comercializables" plantea que las empresas utilicen los esfuerzos para controlar el dióxido de carbono realizados en otros países como crédito ante las obligaciones en sus países de origen.
En Canadá, las empresas tienen ahora dos opciones, cumplir las normas contra la contaminación en ese país, o hacerlo a menores costos en otra parte del mundo, señaló Clark.
Según el estudio, los beneficios de concentrar el trabajo de reducción de emisiones de gases en los países en desarrollo se extienden más allá de los costos.
Esta forma de "puesta en práctica conjunta" entre países reduciría las emisiones globales en gran proporción y a menores costos que un impuesto al dióxido de carbono, según los científicos.
Según el informe conjunto, el aumento de la producción de gases invernadero en el Sur estará causada por "planes para expandir la capacidad energética mediante generadores termales eléctricos, y debido a proyectos de construcción que requieren grandes cantidades de cemento, ambos fuentes significativas de dióxido de carbono.
Los países en desarrollo tienen el derecho de embarcarse en este tipo de industrialización, y ese crecimiento es necesario para el alivio de la pobreza, afirmó Clark.
"El Sur necesita consumir más energía para crecer y reducir la pobreza. La cuestión es lograr que se embarque en tecnologías de baja emisión para reducir el impacto en la atmósfera", señaló.
Esta es la intención del sistema propuesto por los investigadores, quienes sostienen que es injusto que los países en desarrollo paguen el precio más alto por medios de generación de energía armónicos con el medio ambiente, en especial desde que la mayoría de los gases acumulados han sido liberados en el Norte.
Una forma de hacer que el Norte se haga cargo de la situación es que las corporaciones transfieran tecnología para reducir las emisiones a cambio de créditos en sus países, según la propuesta.
Canadá e India ya se han embarcado en este tipo de proyecto. La división ambiente del Ministerio de Recursos Naturales de Canadá respalda dos iniciativas con la empresa de energía canadiense Transalta para reducir las emisiones de gases en India, señaló Brian Moore, director del departamento.
Una es un proyecto que aísla cables de transmisión de energía eléctrica para reducir la pérdida de energía, y otra refuerza la alimentación de ganado para producir menos gas metano.
Moore dijo que no hay planes para gravar los combustibles basados en el carbono o incluir un programa de créditos transferibles, ya que la conferencia sobre Cambio Climático de 1995 decidió que este tipo de iniciativas se pospondrán hasta el 2000. (FIN/IPS/tra-en/sd/pz/lp/en/96)
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