La masiva inscripción electoral en antiguas zonas de guerra en Nicaragua confirmó el rechazo a la violencia y que el voto se impone como única herramienta para el cambio político, destacaron autoridades y organizaciones no gubernamentales.
El resultado de la iscripción cívica en los 26 municipios que fueron escenario de guerra en los años 80 excedió con creces las metas del Consejo Supremo Electoral, que organiza los comicios generales del 20 de octubre.
Oficialmente se preveía entregar este mes la tarjeta cívica a 282.000 personas mayores de 16 años en esos 26 distritos, pero se inscribieron 336.407 ciudadanos, de acuerdo con datos preliminares del Poder Electoral.
"Estamos muy satisfechos", ya que el recuento final podría comprender otros 10.000 inscriptos. "Faltan los reportes de varias mesas electorales", dijo a IPS el vicepresidente del Poder Electoral, Braulio Lanuza.
"Esta participacion confirma que la opción por la democracia, por la paz, se está asentando en profundidad en el pais", declaró Lanuza.
"Al poder se llega por la vía democrática o por la violencia. Aquí, se está sepultando la violencia y dando paso a la democracia, que se consigue con los votos", agregó.
En la gran mayoría de los municipios abarcados se registra sobrecumplimiento y sólo en seis áreas no se alcanza la meta original, de acuerdo con el informe preliminar.
El hecho cobra gran importancia y significado político, ya que semanas atrás, esos 26 municipios eran escenario de secuestros, venganzas políticas y amenazas entre ex insurgentes "contras" y los "recompas", ex militantes del opositor Frente Sandinista de Liberación Nacional.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos dió cuenta el año último de 147 muertes violentas en esa vasta zona del norte y centro del país. Entre las víctimas fueron identificados 64 campesinos, 17 soldados, 16 ex contras, siete militantes del FSLN y 2 recompas.
Mientras, la Asociación Nicaragüense Pro-Derechos Humanos (ANPDH) mencionó, en un informe titulado "Los grupos armados en Nicaragua", 55 denuncias de violaciones a los derechos humanos en las zonas central y norte, y también en 1995.
Las denuncias comprendían asesinatos, torturas, lesiones graves y amenazas de muerte.
No obstante, durante tres fines de semana sucesivos de este mes, los campesinos desafiaron a los grupos irregulares y acudieron masivamente a las mesas de inscripción electoral, pese a que, en gran mayoría, debieron cubrir grandes distancias a pie.
"Ese entusiasmo por participar demuestra madurez política en la ciudadanía nicaraguense", afirmó a IPS Julio César Saborio, director ejecutivo de ANPDH y miembro del equipo de observadores nacionales "Etica y Transparencia".
"La población es consciente de que el voto es un elemento decisivo y que ya no tiene que recurrir a las armas para que se produzcan cambios en el país", indicó Saborio.
Observadores de Etica y Transparencia supervisaron la inscripción en 61 por ciento de las 960 mesas dispuestas en los 26 municipios, y afirmaron que la tarea se cumplió de modo ordenado, pacífico y eficiente.
El único problema grave tuvo lugar en dos mesas de Matiguas, municipio ubicado a 200 kilómetros de Managua, donde fueron descubiertas varias libretas civicas marcadas, una irregularidad que inhabiliaría como votantes a los titulares de esos documentos.
La denuncia fue posteriormente ampliada por la mision de observadotes de la Organizacion de Estados Americanos (OEA), que está encabezada por el ex canciller salvadoreño Oscar Santamaria.
Según Santamaría, se detectaron 1.600 tarjetas cívicas marcadas en Matiguas, donde se inscribieron 18.394 ciudadanos, de acuerdo con la información oficial.
Lanuza señaló a que el Poder Electoral analizará la denuncia y probablemente sustituirá las tarjetas cívicas afectadas. (FIN/IPS/rf/ff/ip/96)