La satisfacción del gobierno de Bolivia por la firma de un acuerdo marco para un pacto de libre comercio con el Mercosur contrastó con la reacción de los empresarios, que manifestaron desaliento y temor ante la perspectiva de una integración al bloque subregional.
El sector de exportadores pidió conocer mayor información sobre las condiciones del convenio suscrito este martes en la ciudad argentina de San Luis por el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada con sus pares de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, integrantes del Mercosur.
Según ese documento, Bolivia y el Mercosur firmarán dentro de los próximos 90 días un acuerdo de libre comercio que entrará en vigencia el primer día de 1997, con tarifas progresivas y diferenciales en 80 por ciento del total de productos intercambiados.
Los industriales y empresarios del comercio locales advirtieron que el acuerdo podría tener efectos negativos para sus sectores y por tanto para la economía nacional, por las abismales diferencias de competitividad.
"Si bien creemos que es inevitable la integración y la globalización de las economías, es importante que Bolivia proteja sus exportaciones, considerando las características de su desarrollo y su producción", dijo el presidente de la Cámara de Exportadores, Adhemar Guzmán.
Bolivia debe proteger principalmente al sector agrícola y considerar el grado de desarrollo de su economía, para evitar un "shock", dijo.
Según la Cámara de Exportadores, el sector agrícola, considerado el más sensible de la economía de este país, debe ser protegido por lo menos unos 25 años más.
La Cámara Nacional de Comercio cree que con el futuro acuerdo de libre comercio con el Mercosur Bolivia debe hacer prevalecer su condición de país de menor desarrollo relativo.
"Si nos comparamos con los países del Mercosur estamos sumamente demorados y al firmar un acuerdo para zona de libre comercio se deben lograr las mejores ventajas para que tengamos chance de lograr algún espacio económico en ese mercado ampliado", afirmó Guillermo Morales, presidente de la Cámara de Comercio.
Uno de los temas que el país deberá negociar con el Mercosur es un artículo de defensa de la franja de precios vigente en la Comunidad Andina, ventaja a la que no debe renunciar, señaló.
La Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) aseguró que el acuerdo con el Mercosur es un reto para el sector privado de este país, para mejorar su oferta exportable.
"Hay que comenzar a mentalizarse que se debe producir más y mejor para insertarnos en el consenso de la producción a nivel internacional para acceder a otros mercados", expresó Javier Lupo, vicepresidente de la CEPB.
Sin embargo, el principal temor frente al nuevo acuerdo es el de los empresarios de Santa Cruz de la Sierra, la ciudad de mayor actividad agroindustrial, según los cuales Bolivia ingresa al convenio con el Mercosur con desventajas.
Las empresas nacionales no pueden competir en igualdad de condiciones con las del Mercosur por la marcada diferencia de infraestructura vial, tarifas ferroviarias, de energía y otras, declaró.
El comercio anual de Bolivia con el Mercosur supera los 300 millones de dólares en productos no tradicionales, de los cuales sólo 56 millones corresponden a las exportaciones bolivianas a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Los principales productos que Bolivia vende a esos países son piña fresca, palmitos enlatados, pasta de bilis, manufacturas de madera, flores, baterías, grano de girasol, frijoles, cerveza, ulexita y pañales.
Con relación a los cuestionamientos de la Comunidad Andina, de la que Bolivia forma parte junto a Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, el gobierno local aclaró que estas negociaciones no son incongruentes con la condición boliviana de nación andina.
"Lo que ha suscrito Bolivia (en San Luis) es un acuerdo que lo convierte en socio comercial con el Mercosur, pero que no invalida su situación" de socio del Pacto Andino, afirmó el ministro de Comunicación Social Guillermo Richter. (FIN/IPS/jcr/dg/if-ip/96