Las ciudades, y no sólo las mayores, se van autonomizando y ganando prerrogativas de Estado, con su diplomacia propia, paralela a la nacional.
Dos días antes del inicio de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos (Hábitat II), los gobernantes locales graron unirse en una suerte de sindicato para reivindicar mayores poderes en el escenario mundial, en respuesta a las crecientes y abrumadoras demandas de que son ojeto.
Es en las ciudades donde la mayoría de las exigencias y compromisos asumidos por las naciones en las conferencias mundiales que caracterizan esta década dene ser resueltas, como las de medio ambiente, de desarrollo social, de mujeres.
"Soluciones locales a problemas globales", es el título de un documento de discusión llevado por el comité directivo a la Asamblea Mundial de Ciudades y Autoridades Locales, que tuvo lugar el jueves y viernes en Estambul.
Los gobiernos locales, ahora unidos en "una sola voz" a treavés de una coordinadora de las diez asociaciones más representativas de las ciudades, quieren ser reconocidos "interlocutor institucional" incluso en Naciones Unidas.
Además reclaman autonomía e instrumentos que les permitan hacer frente a los crecientee retos que se les plantean, en particular como consecuencia del explosivo crecimiento de la población urbana y sus demandas y de los compromisos emanados de distintas cumbres mundiales.
La presión demográfica sobre las ciudades es particularmente dramática en America Latina, donde la población urbana se limitaba a 41,5 por ciento en 1950, pasó a 71,5 por ciento en 1990 y deberá llegar a 76,4 por ciento en 2000, igualándose a Europa y América del Norte, según datos de Naciones Unidas.
La descentralización del poder y de recursos se hace indispensable, de acuerdo a los alcaldes reunidos en Estambul, ya que las autoridades locales están más cerca de la población y tienen "un papel estratégico en el estímulo a la expresión y movilizacion de energías locales".
Ese proceso ya es impulsado por la iniciativa y el peso económico de las propias ciudades, pero los alcaldes demandan su reconocimiento formal y su aceleración.
Las ciudades ya avanzan en actividades antes monopolizadas por la diplomacia nacional. La horizontalización de las relaciones externas no se restringe a acuerdosentre ciudades gemelas o la cooperación técnica puntual. Rio de Janeiro intentará a partir de julio captar directamente 150 millones de dólares en Europa "sin aval del gobierno central", en una operación sin precedentes en América Latina, anunció el alcalde César Maia, también presidente de la Red de Asociaciones de Gobiernos Locales de América Latina.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) financia directamente un proyecto de Río para urbanizar los barrios marginales (favelas), que costará unos 300 millones de dólares. El contrato no pasa por el poder central, como se exigía anteriormente, destacó el alcalde.
Esa horizontalización de las relaciones, de conexión directa entre poderes municipales y regionales, y de éstos con países y organismos internacionales, es una tendencia irreversible, señaló el alcalde de Porto Alegre, capital estadual del sur brasileño, Tarso Genro.
"La globalización unificó los problemas urbanos", ya que la migración y el desempleo generan bolsones de pobreza también en ciudades de paises rícos, impulsando la cooperación descentralizada, indicó.
Las ciudades ganan "personalidad económica, política y tecnológica para un nuevo tipo de relaciones", similares a las de los estados, evaluó Genro.
Porto Alegre, por ejemplo, tiene un acuerdo de intercambio científico y tecnológico con el gobierno francés y adoptó su propio programa de estímulo al comercio exterior de pequeñas empresas.
También Columbus se define como una "ciudad mundial", con una accion global y una permanente lucha por el liderazgo en un mundo sin fronteras, lo cual exige capacidad de competir en los mercados de todo el planeta, afirmó Gregory Lashutka, alcalde de esa ciudad de Estados Unidos.
Para ello concede prioridad a "la enseñanza y el aprendizaje permanentes", vinculando en la tarea a gobierno, sector privado, universidades y sociedad civil. Columbus fomenta igualmente el comercio de bienes y servicios de todo el mundo y multiplica sus conexiones de comunición.
No son únicamente las metrópolis las que se lanzan al mundo con ese nuevo espíritu de ciudades-estado.
Maringá, ciudad de mediano tamaño del sur de Brasil, adoptó ese camino de acuerdos horizontales con similares en el exterior para incrementar sus exportaciones.
Es un proceso que tiene un desarrollo natural en Europa, donde es larga la historia de autonomía de ciudades y regiones, destacó el experto de la Comisión Europea para la cooperación descentralizada Christian Cure.
Pero en países como los de América Latina y Africa, donde los estados nacionales son recientes o están en crisis, el proceso genera tensiones y los poderes centrales se resisten a la descentralización. (FIN/IPS/mo/dg/pr/96)
