HABITAT: Gobiernos cruzan últimos obstáculos en cumbre urbana

La Cumbre de las Ciudades enfrentaba hoy los últimos obstáculos para acordar, por consenso entre 180 estados participantes, un programa que ofrezca esperanza de vivienda a los miles de millones de personas que se sumarán a la población mundial en las próximas décadas.

Un acuerdo sobre derecho a la vivienda se alcanzó ya, pero el lunes todavía no había solucion para un pronunciamiento contra los desalojos forzosos de ocupantes de tierra y viviendas por parte de esta segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos (Hábitat II).

Nuevas dificultades surgieron para la redacción final del texto que se conocerá desde el jueves a nivel cumbre, y atienden a propuestas referidas a religión, salud reproductiva y deberes y derechos de los padres y de las mujeres, indicaron a IPS delegados latinoamericanos.

Este lunes, entretanto, el sistema de Naciones Unidas estrenó la consulta formal a las organizaciones no gubernamentales (ONG) que suelen acompañar sus conferencias y cuyas propuestas antes llegaban por la puerta lateral, mediante gobiernos simpatizantes, y esta vez fueron escuchadas directamente.

En el borrador de documento central las naciones aprobaron ya reafirmar su compromiso "para una plena y progresiva realización del derecho a una vivienda adecuada, según lo previsto en instrumentos internacionales".

Pero varios gobiernos, y no sólo industrializados sino en desarrollo como India y Filipinas, se rehusan a condenar el empleo de la fuerza pública para desalojar habitantes y la pelea se desarrolla en el campo semántico entre oponerse a los desalojos "forzosos" o a los "ilegales".

Desalentar o impedir desalojos "ilegales" es más aceptable porque las partes pueden invocar legislaciones nacionales o internacionales que avalen sus derechos, según el caso.

Nuevos agregados enlentecieron acuerdos, como por ejemplo la propuesta de países islámicos para que al pedido de que los programas de desarrollo urbano "se realicen respetando la naturaleza" se agregase "la cultura y la religión", narró a IPS el delegado mexicano Enrique Ortiz.

También cuando se propuso atender como prioridad a los grupos más vulnerables (personas muy pobres, sin hogar, mujeres, niños, ancianos, jóvenes, discapacitados, migrantes), los agregados debieron detenerse con el acuerdo de una lista no exhaustiva.

"Pero la conferencia ya entró en la recta final y culminará con una cantidad importante de consenso aunque los compromisos, es decir las obligaciones financieras de los países industrializados, serán menos de los que quisiéramos", observó a IPS el delegado argentino Ricardo de la Torre.

América Latina, según de la Torre, puede además anotarse como éxito que formuló buenos diagnósticos y planes de vivienda, ensayó experiencias exitosas de prácticas urbanas y consolidó en Estambul su plan de acción regional.

Ese plan parte de la lucha contra la pobreza y aspira a convertir los asentamientos urbanos en factor de desarrollo de las respectivas economías nacionales y en fuentes de empleo productivo y mayor democracia.

La región también adoptó, combinando sus respectivos planes nacionales con el plan global o agenda de Estambul, propuestas para el mejoramiento urbano en materia de planificación, transporte, agua potable, saneamiento y participación popular.

Mientras, diversas ONG desfilaron este lunes, unos pocos minutos cada una, ante un comité de escuchas de la conferencia oficial y con intervenciones más generales que programáticas, para subrayar contenidos de la Agenda Estambul para el siglo XXI.

La filipina Corazón Soliman, hablando por las ONG de mujeres, atacó los desalojos forzados como "muestra de crueldad" de las que "las mujeres son las principales víctimas", y a menudo se efectúan para favorecer la especulación inmobiliaria.

Muy aplaudidos, los discapacitados deploraron que el diseño de las ciudades a menudo no es acorde con sus necesidades y contrastaron ese hecho conque una urbe que atienda sus requerimientos puede ser de menor costo, pues por ejemplo es más barato construir rampas que escaleras.

Los discapacitados sin embargo reconocieron que Hábitat II puso sus problemas en la agenda, y otro tanto hicieron los representantes de la tercera edad.

"Una de cada dos niñas que nace ahora en Estados Unidos vivira 100 años, pero ¿cómo hará para vivir después de los 65 en ciudades de tráfico tan veloz como Chicago o Estambul?", se preguntó una delegada estadounidense.

Los jóvenes destacaron que, en promedio, en el mundo son la mitad de los desempleados, la mayoría de los inmigrantes y de los autores de delitos y transgresiones, y abogaron por un desarrollo económico de las ciudades que les provea de empleos, a cambio de lo cual, recordaron, son los más prestos al trabajo voluntario.

El martes y el miércoles, esta Cumbre de las Ciudades, la última de la serie de fin de siglo que emprendió Naciones Unidas y cuya máxima expresión fue la de la Tierra en Rio de Janeiro (1992), acelerará el trabajo sobre sus borradores para adoptar un texto definitivo en la sesión final del viernes.

Entretanto, unos 7.000 activistas de más de 2.000 ONG sostendrán hasta el final sus foros paralelos, con una asistencia más menguada cada día que transcurre bajo el cálido verano de Estambul. (FIN/IPS/hm/dg/pr/96)

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