El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) informó sobre avances en la batalla contra la explotación militar de menores, con un mayor respeto en Africa y Asia por la Convención de los Derechos del Niño.
El informe anual de UNICEF "El progreso de las naciones" sostiene, no obstante, que niños de muchos países continúan siendo víctimas de las guerras de los adultos, perdiendo a sus padres, hogares, infancia, oportunidades de educación, y hasta sus vidas en la maquinaria de la violencia.
La convención, que entró en vigor a comienzos de esta década, ha sido descrita como "el tratado de derechos humanos de más rápida aceptación en la historia" y, según el informe, procura "proteger a los niños de las peores manifestaciones del fracaso de los adultos".
Hasta febrero de este año, fue ratificada por 187 de 193 gobiernos. Unicamente las Islas Cook, Omán, Somalía y Emiratos Arabes Unidos no firmaron ni ratificaron la convención. Suiza y Estados Unidos firmaron, indicando su intención de ratificarla.
De los 43 países que entregaron informes anuales a UNICEF, 14 señalaron la inclusión de la convención en sus constituciones, y 35 de los 43 aprobaron leyes o enmendaron ya existentes para adecuarlas al tratado.
La convención ha sido citada, por UNICEF y países como Sierra Leona, Sri Lanka, Sudán, Ruanda y Afganistán, para evitar o reducir la explotación de niños en las guerras, indicó el informe.
En Sri Lanka, la edad de reclutamiento militar fue recientemente elevada de 15 a 18 años, y el gobierno utilizó la convención para resistir los intentos del ejército de enrolar a menores.
El gobierno de la presidenta Chandrika Kumaratunga también condenó el reclutamiento de niños soldados del grupo Tigres para la Liberación de Tamil Eelam, que desde hace 13 años dan una batalla separatista en el norte de Sri Lanka.
Sierra Leona desmovilizó a menores activos en la guerra civil del país, y UNICEF retiró a 1.500 niños de los campos de refugiados ruandeses en Zaire para trasladarlos a centros civiles, con el fin de evitar su participación en el conflicto.
Dos grupos rebeldes, el Movimiento de Liberación Popular de Sudán y el Movimiento de Independencia del Sur de Sudán aceptaron respetar los principios de la convención y proteger a las mujeres y los niños.
UNICEF ha solicitado a la convención la suspensión de asistencia a programas de educación en ciertas áreas de Afganistán, donde grupos musulmanes fundamentalistas cerraron varias escuelas para niñas.
El tratado también ha sido citado para prevenir la explotación sexual de niños y niñas y asegurar adecuadas condiciones de trabajo.
Bélgica y Alemania extendieron recientemente su jurisdicción nacional en casos de prostitución y pornografía infantil para juzgar a adultos que hayan cometido esos delitos contra menores fuera de fronteras nacionales.
Legislación similar ha sido aprobada por Australia, Dinamarca, Francia, Japón, Noruega, Seuecia y Estados Unidos.
La convención también obliga a los países a cubrir las necesidades de nutrición, salud y educación de la infancia "al máximo nivel de los recursos disponibles".
El informe de UNICEF utiliza como forma de evaluar si los gobiernos cumplen sus promesas una tasa que revela la diferencia entre el nivel real de progreso de un país y el nivel esperado de progreso para el nivel de ingresos de ese país.
Algunas naciones han logrado un avance considerablemente mayor que otras para igual nivel de producto nacional bruto (PNB) por habitante. Honduras, por ejemplo, avanzó más que Senegal y Zimbabwe más que Sudán. (FIN/IPS/td/mk/lp/pr-hd/96)