La visita a Canadá del presidente de México, Ernesto Zedillo, para promover las relaciones comerciales y la inversión entre ambos países se centró inesperadamente en la cuestión de los derechos humanos en el país latinoamericano.
En un discurso ante ambas cámaras del parlamento canadiense, este martes Zedillo declaró que en México "no hay lugar para las violaciones de los derechos humanos", lo cual desató la reacción inmediata de organizaciones no gubernamentales (ONG) y sindicales que acapararon la atención pública.
Una carta enviada por los grupos a Zedillo y el primer ministro de Canadá, Jean Chrétien, planteó la preocupación por la impunidad militar en el estado de Chiapas, la represión de las protestas por la política económica, la "violación de derechos sindicales elementales" y "una falta de respeto a los derechos económicos básicos reconocidos por convenciones de la ONU".
La misiva fue firmada por seis destacadas ONG canadienses, entre ellas el Comité InterIglesias sobre América Latina (ICCHRLA), la Conferencia Canadiense de Obispos Católicos y el Congreso Canadiense del Trabajo.
Zedillo y Chrétien dijeron al parlamento que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte está generando empleo y una base económica para la fundación de programas sociales en México y Canadá.
Pero las ONG respondieron que "si bien la integración económica benefició a algunos en México, la pobreza y la miseria sólo se profundizaron para la mayoría".
Como resultado, Zedillo mantuvo una reunión fuera de programa con representantes de ONG y líderes sindicales, y la prensa otorgó prioridad a la cuestión de los derechos humanos y sociales en México.
Según un informe del Toronto Star, Zedillo dijo a los activistas, en presencia de periodistas, que "en su carta encontramos preocupaciones legítimas, y tendremos en cuenta cuidadosamente a algunas de ellas".
Reconociendo que los derechos humanos continúan siendo un problema, el presidente mexicano se refirió a la reciente masacre de 17 manifestantes por policías del estado de Guerrero como la mayor violación de los derechos humanos.
No obstante, el Star citó a Zedillo diciendo que algunas acusaciones en la carta "no corresponden a los hechos en México".
El diario Ottawa Citizen dijo que el canciller mexicano, José Angel Gurría, rechazó la sugerencia de que las violaciones de los derechos humanos sean sistemáticas, y afirmó que los derechos humanos y sindicales son "sacrosantos" en su país, mientras los ejemplos citados por las ONG canadienses son aislados.
La preocupación por los derechos humanos estuvo presente también en círculos diplomáticos. El diario nacional The Globe and Mail informó que en una reunión con Gurría, el canciller canadiense, Lloyd Axworthy, manifestó su interés en la cuestión.
Axworthy dijo a The Globe que siente "que el gobierno de Zedillo está instrumentando reformas, y debemos respaldarlo", y que, pese a problemas persistentes, "parecen muy ansiosos y dispuestos a hacer algunos esfuerzos".
Pero representantes de ONG defensoras de los derechos humanos parecieron menos impresionados. Suzanne Rumsey, integrante del ICCHRLA, señaló que aún está por verse si nuevos mecanismos como el departamento del ombudsman conducirán a mejoras reales en el panorama de los derechos humanos en México. (FIN/IPS/tra-en/sd/jl/lp/ip-hd/96)