/DERECHOS HUMANOS/

Ante el incremento de las acusaciones contra el gobierno de Costa de Marfil por la constante violación de los derechos humanos, el presidente Henri Bedie continúa sosteniendo que sus manos están limpias.

Las organizaciones internacionales humanitarias afirman que Abidjan es responsable de asesinatos, ejecuciones fuera del control judicial, torturas y arrestos arbitrarios, como método para aplastar a la oposición.

También un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos, dedicado a Costa de Marfil y publicado la semana pasada, censuró de igual forma al gobierno.

"A pesar de que se cumplió una sucesión pacífica en el poder en diciembre de 1993, y que se realizaron elecciones democráticas en octubre de 1995 y febrero de 1996, la actuación del gobierno continuó exhibiendo un nivel sin igual de violaciones a los derechos humanos", declaró el Departamento de Estado.

"Miembros de las fuerzas de seguridad perpetraron el asesinato extrajudicial de supuestos delincuentes, castigaron y maltrataron a los detenidos, y usaron instrumentos mortíferos para disolver manifestaciones de protesta", señaló el informe, que pasa revista a la actuación del país en 1995.

No obstante, el mes pasado el propio Bedie declaró a Amnistía Internacional que "no existe ningún otro país de Africa que esté comportándose mejor que Costa de Marfil en el terreno de los derechos humanos".

Estas declaraciones quisieron dar respuesta a un informe de esa organización internacional con sede en Londres, en el que se denunció al gobierno de Bedie por su "sistemática represión de la oposición".

El informe de Amnistía Internacional fue precedido en septiembre por otro del Centro Internacional Contra la Censura, también con sede en Londres, en el que se acusaba a Bedie de "perseguir a los periodistas por publicar artículos críticos del jefe del Estado o de las instituciones gubernamentales".

El Partido Democrático de Costa de Marfil, al que pertenece Bedie, ha gobernado en este país de Africa occidental desde su independencia, en 1960. El actual presidente sucedió al primer presidente, Félix Houphouet-Boigny, quien murió en el cargo en diciembre de 1993.

El Departamento de Estado estadounidense también acusó al gobierno de tolerar los arrestos arbitrarios y las detenciones ilegales.

"El régimen omitió llevar ante la justicia a los culpables de muchas de estas violaciones", señaló el informe, subrayando que "las condiciones de encarcelamiento son duras y constituyen un peligro para la vida de los detenidos, además del problema que presenta el hecho de las detenciones prolongadas".

Según informes confidenciales de la prisión de Abidjan, están alojados en ella 5.000 presos, pese a que la construcción fue proyectada solamente para 1.500.

En cuanto al recurso a medios mortíferos en las calles, el Departamento de Estado señaló que "al menos 22 personas fueron muertas de esta forma, sin que el gobierno enjuiciara al personal de seguridad por esas muertes".

El gobierno prohibió en 1994 todas las reuniones públicas y las manifestaciones, convirtiendo las demostraciones en delito. El informe indicó que había por lo menos 100 personas esperando juicio al finalizar el año pasado, por infringir la ley contra las demostraciones públicas.

Bedie está en Europa desde mediados de mayo, viajando entre Francia e Italia, pero según fuentes diplomáticas en Abidjan, no es probable que el Presidente se refiera al informe del Departamento de Estado estadounidense. (FIN/IPS/tra-en/md/an/kb/arl/hd-ip/96)

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