Un corredor biológico de una extensión aproximada a los 10 millones de hectáreas, que permitirá una protección más efectiva de la biodiversidad mediante un sistema de áreas protegidas, unirá en el futuro a los países de América Central y México.
La decisión fue adoptada en la noche de este miércoles en San José, al término de una reunión de los ministros de Ambiente de los países involucrados.
Este corredor, que se extenderá desde el sur de México hasta Panamá, comprenderá los bosques protegidos legalmente en toda la región y algunas otras áreas que se agregarán de acuerdo con estudios técnicos que determinen su importancia para la sobrevivencia de especies migratorias.
El experto Mario Boza, encargado del proyecto, señaló que la intención es lograr que entre 15 y 20 por ciento de todo el territorio centroamericano y del sur de México se encuentre protegido de la depredación.
El ministro de Ambiente de Guatemala, Juan Francisco Asturias, dijo que la iniciativa tiene un importante componente social, porque permitirá a los habitantes de las regiones comprendidas dentro del corredor aprender cómo pueden vivir del manejo de bosques.
En tanto, la ministra de México, Julia Carabias, dijo que la iniciativa pretende romper con el esquema de grandes islas (que pueden parecer enormes zoológicos protegidos) para conformar una sola gran área de bosques.
La conformación geográfica de América Central y México permite llevar adelante este proyecto, único en América Latina, no porque no haya iniciativas de conservación, sino porque la geografía hace posible unir grandes regiones protegidas.
El proyecto se considera de gran trascendencia porque Mesoamérica, una región que se extiende desde el sur de México hasta Panamá, alberga siete por ciento de la diversidad total del planeta.
El acuerdo se produjo en el marco de la reunión de la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo, integrada por los ministros del sector, y la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca de México.
Esta reunión constituye la primera para dar seguimiento a los acuerdos en materia ambiental, suscritos en la segunda cumbre Tuxtla-Gutiérrez -el foro creado entre el istmo y México-, realizada en San José en febrero.
En el encuentro concluido este miércoles en San José, los representantes de siete países identificaron ocho áreas geográficas en las cuales se concentrarán las actividades de conservación en los próximos años.
La primera de ellas es la selva maya que comparten México, Guatemala y Belice. En segundo lugar está el bosque Tecún Umán, compartida por México y Guatemala. También asignaron prioridad al ecosistema del golfo de Honduras, compartido entre ese país, Belice y Guatemala.
En cuarto lugar, los gobiernos pondrán especial atención también en el ordenamiento ecológico del río Lempa, entre El Salvador y Guatemala, la defensa de la biodiversidad del río Plátano/Bosawas, entre Nicaragua y Honduras, y del parque internacional Siapaz, compartido por Nicaragua y Costa Rica.
También será prioritaria la defensa de la biodiversidad del parque internacional La Amistad, que une los territorios de Costa Rica y Panamá, y finalmente, al ordenamiento ecológico del Golfo de Fonseca, que comparten El Salvador, Honduras y Nicaragua. (FIN/IPS/mso/jc/en/96)