La niña de 14 años acababa de dar luz a un niño muerto cuando el quirófano del hospital quedó saturado por un olor terrible, recordó la doctora Olayinka Koso-Thomas.
"La niña había desarrollado serias complicaciones vaginales como resultado directo de una mutilación genital", explicó Koso- Thomas a IPS. "Todavía estamos luchando para curarla. Sus órganos urinarios están seriamente afectados".
La experiencia fué tan perturbadora que esta semana Koso- Thomas, quien se ha estado batiendo contra la circuncisión femenina durante una década, decidió finalmente salir al abierto y organizó un seminario para discutir el problema.
La reunión fué elogiable por la franqueza con la cual se abordó el tema, antes tabú e imposible de tratar en público.
Una prominente jefa femenina del distrito meridional de Bonthe, el corazón de la sociedad Bondo -el nombre de los ritos de iniciación de mujeres entre los cuales la mutilación genital es parte integrante-, confesó que personalmente no había sido circuncidada pero daba libertad a sus súbditos para hacerlo.
"Esto podría sonar como una admisión inusual pero es muy comprensible", apuntó Koso-Thomas, presidenta de la Asociación por el Bienestar de las Mujeres de Sierra Leona, una ONG local.
"Los jefes tribales cobran un derecho cada vez que esas mujeres quieren practicar sus ritos y es una actividad integral que genera ingresos. Es por eso que muchos resistirán a su abolición. Quizás si el gobierno acepta pagarles salarios, cambiarían su mentalidad", continuó diciendo.
No obstante, como admitió, los jefes no son los obstáculos más serios. La mutilación genital femenina es realizada en el 90 por ciento de las mujeres de Sierra Leona, por otras mujeres, y es una costumbre profundamente arraigada, incluso un timbre de honor.
Koso-Thomas estimó que sus comienzos datan de 1880 cuando una jefa tribal, Madam Yoko, fundó la sociedad Bondo. De todas maneras, los historiadores creen que Yoko simplemente popularizó una tradición mucho más antigua.
El problema resulta más complicado por el hecho que es practicado más comunmente por gente de las provincias o aquellos que mantienen estrecho contacto con la vida tradicional. En contraste, los que luchan por su abolición pertenecen -como Koso- Thomas- a la minoría étnica de los Krio, basada en Freetown y que proviene de los descendientes de esclavos liberados.
"Yo soy miembro de la sociedad Bondo y estoy orgullosa", afirmó Sally Kamara, una estudiante del último año de ciencias políticas. "Hay un sentido de frialdad cultural en esta campaña. Nuestras tradiciones deben ser respetadas".
Un mordaz comentario editorial en el diario "New Citizen" sobre el seminario fué aún más categórico. "Aquello que los organizadores llaman (tendenciosamente) mutilación genital, actualmente se conoce en Sierra Leona como sociedad Bondo… No se trata solo de una mutilación genital…"
"La circuncisión femenina ha sido ensalzada por 13 de las 14 tribus de Sierra Leona como un factor de socialización", apuntó.
No todos los medios han compartido el conservador punto de vista del "New Citizen" sobre el seminario. Para "Di People", por ejemplo, ha desafiado a la sociedad Bondo no sobre la ética de la mutilación genital sino por el hecho que representa un serio peligro para la salud de las mujeres.
No obstante, las voces conservadoras generalmente han estigmatizado a la oposición acusándola de estar influenciada por Occidente. Durante las elecciones presidenciales, a comienzos del año, conservadores culturales usaron el poder de la sociedad Bondo para convencer a aquellos indecisos de apoyar esa práctica.
El candidato presidencial John Karefa Smart fue pintado como uno de ellos. Casado con una afroamericana, sus rivales sugirieron que su esposa apelaría a su influencia para prohibir la práctica.
Cuando el presidente Tejan Kabba designó recientemente a Amy Smythe, una Krio, para encabezar el Ministerio del Género y Asuntos de la Infancia, una sección de la prensa y el parlamento estuvo en contra afirmando que una miembro no-Bondo era incapaz de entender los problemas de las mujeres rurales.
Smythe obtuvo el ministerio porque Kabba la respaldó con gran firmeza.
En un país donde las mujeres representan el 60 por ciento de la población, cualquier proposición gubernamental contra la circuncisión podría provocar un serio rechazo por parte de aquellos que ven a la sociedad Bondo como una reafirmación femenina.
"La mayoría son mujeres analfabetas con una fuerte ligazón a la cultura. Asumiendo que la campaña contra la circuncisión femenina siga adelante, ¿como pretende el gobierno convencer a esas mujeres?. Sería un suicidio político para un gobierno democráticamente electo hasta sugerirlo", señaló Thomas Ghow, un alto magistrado judicial.
No obstante, Koso-Thomas, insistió que su grupo esta creciendo. "En un sentido hemos logrado mucho. Despues de la conferencia mundial de Beijing el año pasado las actitud de muchas mujeres de Sierra Leona ha cambiado. Ahora podemos discutir abiertamente y esperamos influir en las comunidades de base", dijo. (FIN/IPS/tra- en/lg/oa/ego/pr).
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