CHINA: Pronostican cambios en la política crediticia de Beijing

El programa de austeridad lanzado por las autoridades chinas a mediados de 1993 para enfriar la recalentada economía parece estar llegando a su fín, si bien Beijing insiste que sigue ejerciendo un firme control sobre el circulante.

El cambio político, si se confirma por nuevos descensos en las tasas de interés y un incremento de los préstamos bancarios durante este año, podría impulsar a la industria china y la economía del país, que es vista como motor de crecimiento para toda la región de Asia-Pacífico.

Wang Chunxin, un economista del banco de China, predijo recientemente que Beijing aflojará los créditos a pesar de la insistencia de las autoridades sobre una continuación de la política de ajustes para mantener baja la inflación.

"El crédito podría ser ligeramente facilitado", declaró Wang, quien trabaja en la división de investigaciones del Banco de China en Hong Kong. No obstante, agregó que toda nueva facilidad crediticia dependerá del modo en que pueda ser sostenido un "aterrizaje mullido" de la economía.

La presión sobre el crédito ha frenado muchos proyectos porque la escasez de capital dificultó que las iniciativas industriales obtuvieran financiaciones, causando una desaceleración productiva y una caída de las utilidades. Muchos analistas dijeron que el aumento del desempleo en el último trienio se debió, en parte, a las dificultades para obtener créditos.

Una disminución en tres cuartos de punto porcentual de las tasas de interés en China, a comienzos de este mes, provocó gran excitación en los mercados monetarios de Hong Kong.

Muchos analistas lo vieron como una firme señal que China estaba a punto de ablandar su programa de austeridad, el cual ha mantenido flotando el crecimiento económico en 10 por ciento en los últimos años, evitando su recalentamiento. Tambien fué considerado un indicio que el gobierno tiene la inflación bajo control.

No obstante, las mismas fuentes opinaron que un auge inmediato de la economía china, como aquel que precedió a las medidas de austeridad de 1993 y causó la carrera de inversores hacia China, es muy improbable.

"Incluso si se produce un nuevo auge económico por la baja de tasas de interés, será diferente de aquel de 1992-1993, que estuvo impulsado por especulaciones en propiedades, explotación de la tierra e inversiones institucionales", dijo un economista.

La obtención de más créditos, debido a que el gobierno ablanda su política de préstamos, probablemente beneficiará a pequeñas empresas rurales como parte de una iniciativa para reducir la creciente brecha de ingresos entre áreas agrícolas y ciudades costeras.

El poder central, por el contrario, se muestra reluctante a aprobar proyectos de desarrollo de tierras y propiedades en una especie de acción disuasiva, dijeron los economistas.

La prensa oficial china reprodujo declaraciones de Dai Xianglong, gobernador del Banco Central (Banco Popular de China), quién expresó que el apoyo financiero del gobierno favorecerá tres áreas: agricultura, empresas estatales rentables y proyectos de infraestructura.

Los medios oficiales han descartado cualquier posibilidad que Beijing afloje su política crediticia. Un informe conjunto de la Academia de Ciencias Sociales y el Buró Estatal de Estadísticas en Beijing dijo que cualquier liberalización del control del crédito causará un aumento de la inflación y un nuevo recalentamiento económico.

Jin Liqun, un alto funcionario del Ministerio de Finanzas, declaró que "el gobierno chino considera prioritario el control de la inflación y continúa con una razonable política de ajuste monetario y fiscal".

Jin, viceministro asistente de Finanzas, juzgó improbable que la presión inflacionaria disminuya en los próximos años.

Zeng Yuxin, un investigador en la Academia de Ciencias Sociales, dijo que la política estatal de riendas cortas sobre el crédito no contradice recientes iniciativa para bajar las tasas de interés.

La disminución de las tasas estuvo dirigida sobre todo a aliviar la pesada incidencia de los intereses sobre las empresas estatales y mejorar las utilidades de los bancos públicos. De ninguna manera significa que Beijing dará rienda libre a la economía.

Los economistas opinaron que la presión inflacionaria sigue fuerte porque fue bajada a través de controles administrativos tales como precios subsidiados sobre artículos esenciales, en lugar de una política fiscal como tal.

La inflación oficialmente oscila en el 10,5 por ciento, ligeramente superior al propósito gubernamental de mantenerla en un índice de 10 por ciento anual.

China casi duplicó el valor de los nuevos préstamos bancarios en el primer trimestre del año y totalizó 10.600 millones de dólares en comparación con los 5.100 millones del primer trimestre de 1995, según las estadísticas del banco central.

Esto es visto por muchos analistas de Hong Kong como un gran cambio en la política de créditos.

"Hemos estado aconsejando a nuestros clientes que inviertan en China este año, pero algunas compañías tardarán en beneficiarse por cambios en la política monetaria", dijo Tina So, gerente de la firma financiera Schroders Asia, basada en Hong Kong. (FIN/IPS/tra-en/ys/cpg/ego/if).

= 05171435 DAP007

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe