CHINA: Beijing se congratula por éxitos de programa de población

Aunque es criticada por defensores de los derechos humanos por su rigidez en la materia, el gobierno de China afirmó que su programa de control de la población está dando buenos resultados y cada vez más mujeres adoptan métodos contraceptivos modernos.

Los activistas por los derechos humanos han cuestionado reiteradamente al control de natalidad de Beijing pues, dicen, supone abusos, particularmente en áreas rurales donde los funcionarios emplean a menudo violencia o amenazas con el fin de obligar a las mujeres a abortar.

Por su parte, los médicos del país más populoso del mundo mencionan las mejoras en los métodos contraceptivos y la favorable respuesta de los habitantes como principales factores del abatimiento de la tasa de crecimiento de la población.

Las cifras oficiales señalan que, entre 1970 y 1995, la tasa de natalidad cayó de 33,43 a 17,12 por mil, lo que llevó la tasa de crecimiento de la población de 25,83 a 10,55 por mil.

En el mismo período, el procentaje de mujeres casadas en edad de procrear que emplean métodos contraceptivos aumentó de 12,4 a más de 80 por ciento, según los informes de Beijing.

"La ciencia y la tecnología juegan un papel cada vez más importante en la planificación familiar. Los avances en la investigación científica fue lo que ocasionó progresos en el programa oficial", dijo Zang Weiqing, viceministro de Planificación Familiar.

El método contraceptivo más popular en China es el dispositivo intrauterino (DIU), utilizado por unos 80 millones de mujeres del país asiático, unos dos tercios del total de las que lo emplean en todo el mundo.

Los científicos chinos concentraron la mayor parte de sus investigaciones en la materia en la mejora de la seguridad y la eficacia del DIU.

Xiao Bilian, profesora de la Academia China de Ingeniería de Beijing, dijo que los esfuerzos condujeron a la sustitución del DIU de cobre por el de acero inoxidable.

Bilian informó que existió "una incidencia mínima de infecciones y embarazos ectópicos" (fuera del útero), gracias al uso de este material en la fabricación del dispositivo.

Los investigadores en el campo de la planificación familiar en China también prestaron atanción al uso de contraceptivos masculinos, particularmente la esterilización de los ductos seminales o vasectomía.

Li Shunqiang, médico de la provincia sudoriental de Sichuan, es uno de los pioneros en la materia y recibió felicitaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación de Vasectomizados Voluntarios de Estados Unidos.

"Nos hemos apoyado firmemente en la ciencia y la tecnología para asegurar que haya menos y mejores nacimientos", dijo Zhang.

Beijing aspira a mantener la población de China, hoy de 1.200 millones de habitantes, en 1.300 millones al fin del siglo y en 1.400 millones al 2010.

Expertos chinos estiman que si el promedio de niños por familia se mantuviera en dos, la población del país en el 2000, incluyendo los seis millones que viven en Hong Kong y Macao, será de 1.296 millones, cifra que toma en cuenta los 67 millones de nacimientos pronosticados para los próximos cinco años.

Los grupos internacionales de defensa de los derechos humanos acusan, de todos modos, a Beijing de aplicar medidas draconianas, como abortos forzados, para disminuir el crecimiento de la población, lo cual es rechazado por las autoridades de China.

"En ningún caso se permite el uso de amenazas como medio de implementación de la política de población", aseguró el ministro de Planificación Familiar, Peng Peiyun.

Una obrera en una empresa estatal entrevistada por IPS que reclamó anonimato refutó lo dicho por Peiyun.

La trabajadora afirmó que el año pasado las autoridades de su fábrica la obligaron a abortar por cesárea cuando su embarazo ya había llegado a los cinco meses. "Me enviaron a un hospital. Yo tenía miedo. Hasta los médicos rechazaban la operación", dijo.

La obrera no tenía hijos, pero había quedado embarazada sin permiso de sus patrones y antes de tener 24 años, como aconsejan las autoridades.

Expertos extranjeros sostienen que es imposible determinar cuán frecuente es esta práctica en esta sociedad comunista. El gobierno asegura que ocurre pocas veces y debido al "exceso de celo" de los funcionarios de las empresas estatales.

Activistas por los derechos humanos sostienen, en cambio, que esta práctica es alentada por el pago de un mes de sueldo a los funcionarios que realizan estas "contribuciones" a la política oficial de control de natalidad.

Esta práctica es creciente en Beijing, hacia donde fluye una creciente migración de campesinos que procuran mejoras en la calidad de vida.

La realización de abortos seguros y medidas contraceptivas de emergencia para prevenirlos son áreas prioritarias en el desarrollo de China, según Xiao.

Entre las técnicas de aborto aceptadas oficialmente se cuenta la droga RU 486, importada de Francia desde 1986. Los científicos chinos mejoraron, incluso, la eficacia de su agente activo, la mifeprostona.

Los funcionarios afirman que la aplicación de la droga se restringe a hospitales y clínicas donde trabaja personal calificado.

"Las mujeres en China nos sentimos realmente felices desde que el aborto es completamente legal, porque ello asegura la seguridad de nuestra salud, y hemos inventado algunas técnicas muy avanzadas", dijo Xiao. (FIN/IPS/tra-en/cf-rc/cpg/mj/pr hd st/96)

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