Aislada y afrontando sería escasez de alimentos, Corea del Norte no oculta sus esfuerzos para cultivar al rico Japón, si bien Tokio, pese a su deseo de normalizar sus vínculos con Pyongyang, sabe muy bien que Seul está en contra.
Corea del Sur ha logrado arrojar exitosamente agua fría a los intentos norcoreanos de mantener conversaciones bilaterales con Estados Unidos para resolver el problema de la península. Hasta ahora, Seul ha convencido a Washington y Tokio que no provean más víveres a Pyongyang.
Sin embargo, si no hay un rápido progreso para lograr un acuerdo de paz conclusivo en la península coreana, se hará muy difícil para Estados Unidos y Japón seguir ignorando las demandas norcoreanas de ayuda alimentaria.
Esto se debe a que tanto Washington como Tokio temen que la crisis de alimentos en Corea del Norte sea una amenaza para la seguridad regional. La jerarquía de Pyongyang podría apelar a la guerra para distraer a la población de sus penurias económicas.
La semana pasada hubo indicios que Pyongyang estaba inquieto, con noticias que tropas norcoreanas realizaban provocativas incursiones fronterizas a través de la zona desmilitarizada entre ambas naciones.
Un conflicto en la península podría envolver a toda la región del este de Asia, incluyendo China y Japón. Este último extendió hace un mes su tratado de alianza con Estados Unidos, lo que implica que Tokio deberá dar apoyo indirecto a fuerzas norteamericanas en caso que deban combatir.
El semanario Nikkey, el principal periodico financiero nipón, expresó que el gobierno japonés tiene legítimas preocupaciones. No solo los misiles norcoreanos pueden alcanzar gran parte del territorio nipón, sino tambien 230.000 ciudadanos norcoreanos viven en Japón.
"Debido a la posibilidad de un enfrentamiento en la península coreana, Japón debe jugar su mano con cuidado", advirtió Nikkei.
Japón, que colonizó la península coreana desde 1910 a 1945, normalizó sus relaciones con Corea del Sur en 1965 pero, si bien comercia con el norte, no tiene relaciones oficiales con Pyongyang.
Muchos analistas opinan que Japón no debería ignorar los temores de Corea del Sur, sino tratar de convencer a Seul que el sendero de paz Tokio-Pyongyang de ninguna manera pondrá en peligro las conversaciones sobre la península o afectar la posicion surcoreana.
"Mainichi Shinbun", otro importante diario japonés, dijo que no había razon para que Corea del Sur se sienta amenazada por las conversaciones entre Tokio y Seul. Añadió que debería permitir que Estados Unidos y Japón traten de resolver las tensiones fronterizas en la península.
"El país (Corea del Sur) se ha convertido en una importante democracia en la región, que supera al norte en terminos económicos y militares. ¿Porqué Seul no trata ahora de lograr "un acercamiento oriental hacia el norte a través de Tokio y Washington?", inquirió
Tsutomu Nishioka, un analista político japonés, dijo que eso se debía a que los políticos y el pueblo sentían que fueron ignorados por el gobierno sobre esa cuestión de vital importancia para la nación surcoreana.
Por eso fué que Seul invitó la semana pasada a altos funcionarios japoneses y estadounidenses a una reunión en la isla surcoreana de Cheju, apuntaron analistas, señalando que Corea del Sur insistió en la conversaciones trilaterales para que Estados Unidos y Japón no enviaran ayuda a Pyongyang.
Por el contrario, en las deliberaciones se reiteró el llamado para una discusión entre Estados Unidos, las dos Coreas, Japón y China, para tratar de lograr un tratado formal de paz que reemplace al armisticio que puso puso fín a la Guerra de Corea (1950-53).
El presidente estadounidense Bill Clinton y su homólogo surcoreano, Kim Young Sam, propusieron conjuntamente la iniciativa de paz cuando el mandatario norteamericano visitó Seul en abril. Sin embargo, Corea del Norte todavía debe responder, si bien ya ha dicho que prefiere negociar con Estados Unidos directamente.
La reunión en Cheju fué ampliamente cubierta por la prensa nipona. El mayor diario de Japón, 'Asahi Shinbun' dijo que Tokio y Washington, en forma muy reluctante, habían aceptado suspender la ayuda al norte.
Según el periódico, cuando surgió el tema de la ayuda, Washington y Tokio insistieron en la inserción de la frase "por el momento" en la declaración conjunta difundida al término de las deliberaciones.
"Con esa medida, Japón y Estados Unidos dejaron cierto espacio para poder ignorar la posición surcoreana en el futuro y realizar sus propios programas de asistencia", comentó un diplomático nipón presente en las discusiones y citado por el diario.
Cuando trascendieron las noticias el mes pasado que funcionarios japoneses y norcoreanos habían mantenido una reunión secreta en Beijing, Corea del Sur reaccionó airadamente previniendo a Tokio que la iniciativa era perjudicial para la seguridad de la región.
Sin dar detalles del resultado de la reunión, el Ministerio de Exteriores japonés, por el contrario, adujo que Tokio estaría en mejor posición de ayudar en cualquier controversia sobre el proceso de paz Norte-Sur si primero mejoraba sus lazos con Pyongyang.
El semanario Nikkei dijo que Japón debería reforzar los vínculos comerciales con el propósito de formalizar las relaciones diplomaticas. En la actualidad, Japón es el mayor socio comercial de Corea del Norte y el intercambio totalizó 514 millones de dólares en 1995.
Los norcoreanos en Japón tambien están complacidos que Tokio esté listo para reiniciar las conversaciones de normalización, concretadas en 1991 e interrumpidas un año despues.
Entretanto, Corea del Norte ha puesto una condición a la normalización de los lazos, y es que Japón formule una disculpa pública por las atrocidades que cometió durante la guerra e indemnice a Pyongyang y sus ciudadanos que sufrieron bajo la ocupación nipona. (FIN/IPS/tra-en/sk/cpg/ego/ip).
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