El retorno de la inversión extranjera en Africa es más elevado que el de cualquier otra región del mundo, aunque el continente concita apenas dos por ciento del comercio mundial y recibe menos de cinco por ciento de la inversión extranjera directa global.
La imagen internacional de Africa como zona de desastre, desgobierno y atraso oscurece los pasos positivos tomados por los gobiernos para seducir a los inversores y aumentar los dividendos originados en los mercados emergentes del continente.
"Se debe enfocar compañías individuales para no dar la imagen de un país depreciado en su conjunto", manifestó Karl Sauvant, analista e investigador de la división de Corporaciones Transnacionales de la Conferencia de Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas (UNCTAD).
"Africa, en general, no tiene una imagen muy positiva para los inversores extranjeros, pero la inversión aquí es más lucrativa que en cualquier otra región", dijo Sauvant a IPS.
Según un informe de la UNCTAD, la tasa de retorno de la inversión directa procedente de Estados Unidos fue en 1993 más alta en Africa (25,5 por ciento) que en el este de Asia (13,1 por ciento) o América Latina (15 por ciento), mientras en el promedio de los países en desarrollo fue de 8,6 por ciento.
Y no se trata de algo súbito. Africa ofrece las tasas de retorno más elevadas a la inversón directa de Estados Unidos desde 1991.
La extensa y populosa Africa subsahariana recibió sólo 1.800 millones de dólares en inversiones directas en 1994 (la misma cantidad que Nueva Zelanda), mientras el norte del continente obtuvo 1.300 millones de dólares.
La mayor parte de la inversión extranjera directa en Africa continúa concentrada en un pequeño grupo de países que cuentan con recursos naturales, especialmente petróleo.
Todo el continente recibió, en 1994, 5.000 millones de dólares de los 230.000 millones de dólares que representaron la inversión mundial.
"Aunque Africa obtenga menos inversión extranjera directa en relación con otras regiones, esa pequeña cantidad es más importante para su economía que para el resto de los países del mundo", sostuvo Sauvant.
El secretario general de la UNCTAD, Rubens Ricupero, dijo que existe "un amplio consenso, dentro y fuera de Africa, en cuanto a que el clima para las inversiones es mucho más atractivo ahora y que las perspectivas para el futuro son claras".
Ricupero lo atribuyó a "las políticas de liberalización de la mayoría de los países del continente".
"Como países en desarrollo, estamos superando la poca fortuna que heredamos por haber sido pueblos colonizados", sostuvo la viceministra de Comercio e Industria de Sudáfrica, Phumzile Mlambo- Ngcuka.
"Nuestra preocupación es cómo despegaremos para mejorar la calidad de vida de nuestros pueblos. La historia juzgará si ganamos o no la carrera, y no los obstáculos que tuvimos que sortear", agregó.
Entre esos obstáculos, Mlambo-Ngcuka mencionó "el injusto orden económico mundial y la ignorancia acerca de lo que puede ofrecer Africa, lo cual convierte al continente en un gran agujero negro sin oportunidades para la inversión, el comercio y el crecimiento".
"Más que ayuda, necesitamos comercio justo. Los desafíos son enormes. Africa requiere la dinamización de sus economías nacionales y la ampliación de su base industrial, así como la reconstrucción y desarrollo de su infraestructura social y física", manifestó la viceministra.
Los economistas afirman que, debido a los recursos naturales de que dispone el continente, existen grandes oportunidades para la producción industrial de mercaderías de mucho valor agregado.
"Estamos convencidos de que sólo a través de la atracción de inversiones comenzaremos a reconstruir Africa. Solo comenzaremos a cumplir nuestras metas si los gobiernos en sociedad con el sector privado creamos y mejoramos continuamente el clima para la inversión directa", dijo Mlambo-Ngcuka.
William Steel, asesor del Banco Mundial en materia de desarrollo del sector privado, cree que "el clima para los negocios en los países africanos mejoró dramáticamente en el último decenio".
"Las oportunidades están allí y el interés en invertir es creciente. Sin embargo, el flujo de inversión doméstica y extranjera todavía está por debajo de lo esperado y de lo que se requiere para alcanzar el crecimiento económico", dijo Steel.
Muchos inversores privados temen cambios políticos súbitos en los gobiernos de Africa y también están preocupados sobre los riesgos dentro de las empresas o a nivel macroeconómico.
De todos modos, Steel sostuvo que Africa se esforzó en crear una atmósfera que tiende a la seducción de inversión extranjera a gran escala, pues los gobiernos redefinieron su papel en la economía y abrieron las puertas a empresas privadas.
"Muchos países le otorgaron alta prioridad a controlar sus presupuestos fiscales y su inflación", dijo el analista. (FIN/IPS/tra-en/lm/oa/mj/if dv/96)