TURQUIA-KURDISTAN: Ankara At Odds With Iraqi Kurdish leaders

Turquía, respaldada por Estados Unidos, procura acabar con la incertidumbre que generó en su frontera con Iraq la firma de un acuerdo limítrofe entre kurdos iraquíes y kurdos turcos, antiguamente enemistados, con apoyo de Irán.

Ankara canceló los pasaportes de Mesoud Barzani, líder del Partido Democrático de Kurdistán (KDP), y el de Jalal Talabani, de la Unión Patriótica de Kurdistán (PUK), ambos de Iraq.

El gobierno adoptó esta medida cuando tomó conocimiento del pacto que estos sectores suscribieron con el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), que opera en territorio turco.

La guerrilla del PKK y las fuerzas de seguridad de Turquía están enfrentadas por las armas en el disputado sureste del país desde 1984. Se estima que unas 20.000 personas murieron en el conflicto.

El gobierno de Turquía teme que los acuerdos firmados alienten el posible establecimiento de un estado kurdo independiente en el norte de Iraq, porque, según prevé, podría respaldar al movimiento separatista kurdo en el sureste del país.

El presidente de Turquía, Suleyman Demirel, comunicó la semana pasada sus temores a su par de Estados Unidos, Bill Clinton. La aviación estadounidense patrulla la región kurda de Iraq desde el desastroso final de la rebelión que los separatistas en ese país emprendieron después de la guerra del Golfo, en 1991.

Con el fin de mantener a los kurdos iraquíes enfrentados con el PKK, Turquía firmó en 1995 un acuerdo con el más conservador KDP para evitar que la guerrilla estableciera bases en la frontera con Iraq. Por eso, el pacto entre los dos partidos es un trago amargo para Ankara.

Talabani y Barzani dispusieron de pasaportes turcos desde 1992, cuando el entonces primer ministro, Turgut Ozal, intentaba ganar el apoyo de los kurdos iraquíes para evitar que respaldaran a los simpatizantes PKK.

La frontera entre Turquía e Iraq y las ciudades de Duhoq y Salahuddin están controladas por fuerzas del KDP. En cambio, el sur del Kurdistán iraquí, donde se ubican las grandes ciudades de Suleymania e Irbill, están bajo dominio del PUK.

Disputas referidas a impuestos aduaneros y sobre el tráfico enfrentan al PUK y el KDP desde 1994. El nuevo pacto permite el retorno de prisioneros de guerra capturados en las batallas entre ambos grupos.

El PKK también accedió a retirar sus fuerzas hasta el lado turco de la frontera, con excepción de dos campos de entrenamiento ubicados en la zona controlada por el KDP.

"Ambas partes fueron particularmente alentados por Irán", dice una de las frases más significativas del acuerdo firmado.

La prensa de Turquía afirmó que el pacto fue preparado por Aga Mohammmed, enviado especial del primer ministro de Irán, Hashemi Rafsanjani, y asesor de ese gobierno en asuntos iraquíes.

Talabani y Najirvan Barzani, un alto dirigente del KDP, concurrieron este miércoles a una reunión de grupos opositores de Iraq en Damasco. Si bien no se anunciaron reuniones formales, se estimó que los contactos informales serían inevitables.

La prensa de Turquía informó que también asistió a la reunión el comandante en jefe del ala militar del PKK, Cemil Bayik, quien habría mantenido conversaciones con Barzani en Teherán.

Irán mantiene estrechos vínculos con Siria, se enfrentó con Iraq en una encarnizada guerra entre 1980 y 1988 y es un fuerte patrocinante de las conversaciones entre opositores al régimen de Saddam Hussein celebradas en Damasco.

Varios analistas sostuvieron que el retiro de los pasaportes turcos a Barzani y Talabani fue una respuesta inadecuada y peligrosa que no tiene en cuenta la velocidad con que transcurren los acontecimientos.

"Ambos procuraron siempre la protección de Turquía, y esta decisión los empuja a buscar respaldo en Irán y Siria. La amistosa comundiad kurda en el norte de Iraq, en el patio trasero de Turquía, fue arrojada a manos de inamistosos vecinos", afirmó Enis Berberoglu, columnista del periódico Hurriyet.

El aislamiento de los dos dirigentes también amenaza el movimiento comercial con el norte de Iraq, invalorable tanto en términos económicos como políticos.

La Cámara de Comercio de la ciudad de Diyarbakir, en el sudeste de Turquía, afirmó que el intercambio con la región aumentó 44 por ciento, lo que representó cinco millones de dólares adicionales a sus ganancias.

Al principio basadas en productos agrícolas como papas, harina y forraje, las exportaciones turcas se diversificaron hacia mercaderías como refrigeradoras y otros electrodomésticos.

La estabilidad económica de esta región empobrecida por la guerra es esencial para aflojar las tensiones, según Berberglu. "La situación económica en el sureste mejora sólo gracias al comercio con el norte de Iraq. Turquía no puede darse el lujo de negarse a comerciar con los kurdos iraquíes", enfatizó.

El intelectual kurdo Ahmet Zeki Okcouglu dijo a IPS en Estambul que "los kurdos del norte de Iraq basaron todas sus esperanzas durante largo tiempo en sus relaciones con Turquía".

"Ellos confiaban en que una alianza con Turquía podría funcionar, pero el gobierno turco rechazó a los kurdos y ellos, ahora, responden alineándose con Irán", explicó.

Okcuoglu alertó que el desarrollo de relaciones entre Irán y los kurdos iraquíes puede deparar consecuencias fatales para las ambiciones de Ankara de asumir un papel de liderazgo en la región.

"Teherán parece haber tenido cierto éxito en su esfuerzo por sentar a los grupos kurdos en conflicto alrededor de una mesa de negociaciones. Eso es mucho más de lo que logró la diplomacia de Estados Unidos hasta ahora", sostuvo.

Pero la instauración de un estado kurdo en el norte de Iraq es una eventualidad poco probable, acotó. "Sin el consentimiento de Estados Unidos, no habrá espacio para este emprendimiento", explicó Okcouglu.

El columnista Mehmet Ali Birand, del diario Sabah, cree que Turquía corre riesgo de ser desplazada."Aunque funcionarios de Washington dicen oponerse a un estado turco en el norte de Iraq, se rehúsan a firmar una garantía escrita a tales efectos", dijo Birand, citando a fuentes propias del gobierno de Estados Unidos.

El líder del PKK, Abdullah Ocalan, es considerado por Estados Unidos "el tercer dirigente kurdo en cuanto a influencia en la región", según el periodista. "Ellos siempre intentaron a unir al KDP y al PUK contra el PKK, de modo de restarle apoyo popular a Ocalan", explicó.

Birand informó que una misión de Estados Unidos visitará este mes la región para intentar abatir en términos políticos al PKK y separar a ese partido del KDP.

La delegación será conducida por el encargado de asuntos de Iraq e Irán del Departamento de Estado, Robert Deutsch, quien presidió las conversaciones celebradas en 1995 entre facciones kurdas en Irlanda.

Turquía invitó a Deutsch a Ankara para discutir y exhortó a observadores de su país a que acompañaran al funcionario estadounidense a su viaje al norte de Iraq.

Washington procurará reconquistar el poder de iniciativa que perdió a manos de Irán y Siria en Damasco y evitar que el PUK y el KDP se ataquen para mantener un frente cohesionado favorable a las posiciones de Estados Unidos.

Por su parte, el gobierno de Turquía ve en estas gestiones una oportunidad para mantener a raya a la diplomacia estadounidense. Washington tiene un ojo fijo en el proceso de paz en Medio Oriente, y su mayor tolerancia hacia Siria podría promover en el gobierno de ese país actitudes inamistosas hacia Ankara. (FIN/IPS/tra-en/nm/rj/mj/ip/96)

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